Escribe: Jorge Echeverría, gerente corporativo de Forestal Masisa.
Hace algunos años hablar de manejo sostenible del bosque nativo era impensable. Y menos aún considerar este recurso como un aporte a la actividad productiva del país, a pesar que en Chile el 85% del bosque es nativo y en su mayoría está en manos de pequeños, medianos y grandes propietarios que, sin conocimiento ni recursos, convierten un alto porcentaje de la cosecha en leña, y una porción menor en madera aserrable.
En este contexto, hace más de 10 años nuestra empresa decidió apostar por el manejo sustentable de este recurso y desarrollamos un modelo de negocio que pudiera ser exitoso y extensivo a la comunidad, demostrando que es posible y rentable manejar los renovales.
Este cambio de paradigma comenzó por los bosques con mejores accesos y que contaban con caminos, en su gran mayoría habilitados para la cosecha de plantaciones forestales. La producción resultante de estas áreas se entregaba a plantas de tableros de madera y aserraderos locales, mientras que la ganancia se reinvertía en otros sectores de bosques nativos de renovales, justamente para poder construir vías e incorporar nuevos terrenos al manejo sostenible.
Ya en marcha, parte del éxito de este modelo de negocios se sustenta en el apoyo que Masisa obtuvo de instituciones como Corma, WWF (World Wildlife Fund), Codeff, Conaf o FSC y en forma muy importante en sus inicios, en el año 2007, en una alianza con la ONG Forest Ethics y la empresa Eco-Management (hoy Eco-Soluciones).
Una de las premisas fundamentales detrás de este proyecto fue mostrar que es posible manejar, conservar y proteger en forma sostenible el bosque nativo, generando una actividad económica importante para la comunidad y los pequeños y medianos propietarios que viven alrededor de este recurso.
A la fecha, en este emprendimiento se han trabajado más de 2 mil hectáreas de bosque nativo en La Araucanía y un poco más de mil en la Región de Los Ríos.
El desafío actual es lograr que estas prácticas de manejo sean replicadas por otras empresas forestales y propietarios de bosques, de tal forma que haya más beneficiarios de un modelo forestal sustentable de bosque nativo, recurso olvidado en el desarrollo que ha experimentado el sector forestal en los últimos 50 años.