Escribe: Marlene Grollmus, gerente socios y RRHH Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria.
Chile ha visto mermada su percepción de transparencia, tanto en las instituciones privadas como públicas. Este hecho se puede constatar en la opinión pública, la cual tiene un grado de desconfianza generalizado, sensación que ha ido en aumento, debido a los últimos casos de colusión y escándalos políticos. De hecho, según el informe de Transparencia Internacional, Chile bajó al lugar 24, cayendo un puesto respecto del año anterior, ubicándonos detrás de Uruguay a nivel latinoamericano.
Ante esta situación las Pymes, que representan más del 95% de las empresas del país, son las más desprotegidas y las que más sufren por esta falta de transparencia. Primero, porque son actores pequeños y no tienen un gremio fuerte que los represente, por lo que existe la percepción de que deben adecuarse a los vicios del sistema y así garantizar su permanencia en el mercado.
Además, y aunque aparezca irrisorio, las multas que enfrentan estas pequeñas empresas ante un hecho de corrupción, son las mismas que para una empresa grande. Esto conlleva a que muchas Pymes no puedan soportar tal daño financiero y reputacional, por lo que finalmente terminan quebrando, mientras que las grandes compañías, con un buen plan de recuperación, pueden salir a flote de una crisis y sobrevivir.
En ese contexto, las Pymes necesitan estar unidas para tener un mayor peso y así velar porque no se produzcan actos de corrupción. También es fundamental incluirlas en la conversación, ya que en la mayoría de los casos, han estado involucradas tanto pequeñas como grandes compañías. El trabajo mancomunado de ambos sectores, debería generar que los procesos, investigaciones y tareas de prevención tengan sustento en la práctica, ya que tendrían asidero en las experiencias concretas que han podido observar.
Como CAMCHAL, nos unimos al proyecto empresarial que forma parte de la iniciativa “Alliance for Integrity”, implementado por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional, la cual se encuentra activa en Latinoamérica en Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Paraguay, México y Chile, además de Ghana e India.
El objetivo principal es prevenir la corrupción, a través de una capacitación a Pymes con poca o ninguna experiencia en prevención en este tema, en la cual se explican los factores de riesgo y los primeros pasos a seguir para prevenir crisis de este tipo.
Sin duda que la meta es lograr una mayor transparencia en los mercados en América Latina, dando herramientas prácticas a las empresas con poco conocimiento en la materia, para que puedan trabajar directamente en la implementación de un sistema efectivo e integral de Compliance.
El gran desafío ahora para el sector privado en Chile, es no perder la confianza de la población, para lograr una lucha contra la corrupción sustentable que incluya a todos los actores y en especial a las Pymes, que son la principal fuente de trabajo a nivel país.