Con una fiesta ciudadana se puso fin al trabajo del programa Quiero Mi Barrio del Minvu en el sector Tucapel-Barros Arana de la comuna de Temuco, donde se ejecutó durante tres años un conjunto de obras por un monto de casi mil millones de pesos y una serie de actividades comunitarias y de gestión social, con gran énfasis en la participación y decisión de los vecinos en pos de su propio sector.
El barrio Tucapel fue elegido por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, como uno de los ocho barrios de Interés Regional a nivel país, dado su carácter histórico, arquitectura tradicional, sumado a sus antiguas y fuertes organizaciones sociales, todo lo que en su conjunto configuró este reconocimiento para la ciudad de Temuco.
El gobernador de Cautín, Ricardo Chancerel, destacó el carácter histórico del lugar. “Un barrio es más que sus calles y sus casas: es historia, tejido social y eso es lo que estamos reconociendo con este nuevo lugar, que le da la bienvenida a la primavera”, sostuvo.
La seremi de Vivienda y Urbanismo, Romina Tuma, relevó cómo el sector pasó de ser un lugar olvidado a uno que hoy vive una verdadera transformación. “Este es un barrio único, patrimonial, donde se destaca y se pone en valor toda la historia que ha habido, con una intervención integral y que ha contado con la participación de todos los vecinos”.
La tesorera del Consejo Vecinal de Desarrollo, Ana María Riquelme indicó que “era algo muy esperado por la comunidad. Todos estos avances hacen que tengamos una vida más cómoda y esperamos que la autoridad mantenga la vista puesta en el sector. Acá hay mucho adulto mayor y ahora hay más acceso, tranquilidad y comodidad, pero por sobre todo seguridad”.
Fueron casi 700 las familias del barrio Tucapel-Barros Arana, quienes participaron directa o indirectamente en el programa, luego de un proceso de diagnóstico y desarrollo de prácticas y valores asociados a la seguridad, patrimonio y medio ambiente.
Desde el Minvu destacaron que fueron aplicados por primera vez en polígonos del Quiero Mi Barrio, subsidios tradicionales de mejoramiento, centrados en atender cambios de cubiertas con asbesto cemento, estructura de techo, bajadas de aguas, mejoramiento de piso, revestimiento interior, redes y servicios eléctricos y sanitarios, entre otros, lo que significó un beneficio directo a 122 familias por casi 350 millones de pesos.