Escribe: Marco Antonio Vásquez, director regional Tesorería General de la República.
El saber, entender o dominar la información que nos entrega el Mercado es de vital importancia para las organizaciones y personas que pretenden “crear valor”. Ya no basta con tener rentabilidades, los esfuerzos estarán dados en poder maximizar los flujos de cajas futuros de las empresas, organizaciones o negocios. El incorporar la incertidumbre en nuestro análisis nos activa a tener que obtener información relevante para la toma de decisiones de tal manera de minimizar los riesgos e incorporar grados de certezas en nuestros flujos de ingresos y egresos de caja.
La economía es vulnerable a esos grados de incertidumbre y responde con movimientos en su ciclo económico. La definición clásica de ciclo se debe a Burns y Mitchell (1946): “Los ciclos económicos son una forma de fluctuación que se encuentra en la actividad agregada de las naciones que organizan su trabajo principalmente en empresas: un ciclo consiste en expansiones que ocurren al mismo tiempo en múltiples actividades económicas, seguidas de recesiones de igual modo generales, contracciones y recuperaciones que se funden con la fase expansiva del ciclo siguiente.”
En el libro Measuring Business Cycles, estos autores nos comentan que la economía experimenta en su avance, ciclos cortos y largos. Estos ciclos se caracterizan por una relación directa con la Productividad de un país o economía medida a través del PIB (Producto interno Bruto). Podemos identificar entonces periodos de declinación, recesión, crisis, recuperación, expansión y auge.
Se prevé para este año y el próximo que el crecimiento mundial será el más rápido en 10 años, con una media de 3,6% y de 3.5% en el 2018. El consumo está aumentando en China y EE.UU., mientras que en la euro zona su nivel se acerca al anterior de la crisis. Esta situación aumentará el consumo y la demanda doméstica empujando progresivamente las alzas económicas a nivel mundial. Japón debería mejorar su desempeño y cerrar el 2017 con un crecimiento del 1.7%, pero esta economía recibirá un gran apoyo del nuevo ciclo económico. Las actuales expectativas de ganancias para el 2018 indican que el crecimiento económico será de un 6%.
Nos vemos enfrentados a un panorama diferente al trienio anterior. Por consiguiente los actores económicos de la Araucanía deberán reaccionar en forma pro activa a los movimientos de la economía mundial. El llamado es a aprovechar las tasas de interés, dado que el Banco Central de Chile ha manifestado que estas se mantendrían sin variación hasta Diciembre. Lo anterior dependiendo de la inflación. La tarea es invertir en proyectos que renten en el mediano plazo. A nivel regional será necesario diversificar la matriz productiva y generar estímulos para la industria emergente, esto generará un impacto positivo en el empleo y nivel de ingresos regional.
Si desea asumir menos riesgos se recomienda invertir en activos de los mercados emergentes. Acá China, Brasil y Rusia han dado ya síntomas de recuperación después de cinco años de desaceleración. Otro activo en el cual puede invertir son los instrumentos de renta variable en especial los americanos, acá se prevén rentabilidades de dos dígitos lo que se convierte en una alternativa atractiva para los inversores de La Araucanía.
Inversionistas de la Araucanía, les invito a estar atentos a las señales de la economía mundial. La toma de decisiones, en economías en constante movimiento, requiere de información que disminuya los riesgos y aumente las rentabilidades. La contribución al Tesoro Público vendrá por la vía impositiva. Negocio Redondo.