En nuestro país, el 30% de los accidentes de tránsito está asociado al exceso de velocidad, siendo esta, una de las principales causas de muerte en adultos, pero sobre todo en niños hasta 14 años. Por ello, esta aprobación, constituye un gran paso para todos los chilenos y chilenas, ya que un pequeño cambio, produce un gran efecto en las opciones de sobrevivir y en la efectividad de los dispositivos de seguridad.
En concreto, pasar de 60 a 50 km/h significa por ejemplo, duplicar la probabilidad de supervivencia del peatón, y lo que demuestra que superar los límites establecidos, sí implica riesgos, los que pueden ser mortales.
A partir de ahora, Chile deja de ser el único país de Ocde, con una velocidad máxima urbana mayor a los 50 km/h.
“La velocidad influye decisivamente en las consecuencias de un accidente, y primero, si este se va a producir o no, de ahí la importancia de esta medida. Pero más allá del cambio normativo, es la ciudadanía y los conductores quienes deben modificar una conducta y producir el cambio, por cuanto esta es una medida de este Gobierno que debe ser cumplida, porque va en su directo beneficio, porque está comprobado que medidas como éstas, efectivamente salvan vidas”, destacó Luis Calderón, seremi de Transportes y Telecomunicaciones.
El año 2002 la velocidad aumentó de 50 a 60 km/h, lo que tuvo como resultado un aumento del 29% en el número de accidentes y un 25% en el número de fallecidos en zonas urbanas.
MULTAS POR EXCESO DE VELOCIDAD
Una infracción por conducir a exceso de velocidad puede ser considerada como leve, menos grave, grave y gravísima. Si un auto excede hasta 10 kilómetros por hora la velocidad permitida, cometerá una falta menos grave. Si pasa la máxima entre 11 y 20 kilómetros por hora, la falta es grave. Y si la supera en más de 20 kilómetros es gravísima.
En ese caso, la multa puede alcanzar entre 1,5 y 3 UTM, es decir, entre 70 y 140 mil pesos aproximadamente.
Junto con la sanción económica del parte por exceso de velocidad, podrías sufrir también la suspensión de tu permiso de entre 5 a 45 días. Sin embargo, lo más complejo de conducir a exceso de velocidad no son los partes de alto costo, sino participar en un siniestro de tránsito bajo esta condición, por lo que es necesario que cada uno de los actores en las vías, pueda tomar conciencia de aquello.