La situación de contaminación en torno al lago Villarrica inquieta a toda la región, ya que se trata de uno de los patrimonios naturales más importantes de la zona y es el pilar fundamental de uno de los principales polos turísticos de La Araucanía.
Así también lo ha asumido la Cámara Chilena de la Construcción, sede Temuco, institución que a través de su presidente, Fernando Daettwyler, manifestó su preocupación por lo que está ocurriendo en la zona y sobre todo por los acontecimientos donde se han visto involucradas empresas del sector de la construcción.
Al respecto Daettwyler fue enfático en declarar que “como gremio nos preocupa mucho lo que está ocurriendo en torno al lago Villarrica y los últimos hechos aparecidos a través de la prensa, por ello nos comunicamos inmediatamente con la empresa involucrada para tener todos los antecedentes del caso y así evaluar cómo poder contribuir a solucionar este tema que con justa razón está preocupando a los habitantes de toda la zona lacustre”.
El líder gremial manifestó además que al margen de que pueda o no haber responsabilidades de las empresas constructoras, en la eliminación de residuos, se trata de un problema mucho más de fondo “el lago Villarrica es un receptor de un sinnúmero de afluentes distintos que componen una gran cuenca, donde existe una baja inversión en infraestructura sanitaria; prueba de ello es que gran parte de viviendas que se alojan en la ribera sur del lago, que sigue siendo rural, no cuenta con alcantarillado y sus aguas servidas que dan a pozos sépticos particulares permean finalmente hacia el lago. Del mismo modo la comuna completa de Curarrehue, con una población de más de 7 mil habitantes, no cuenta tampoco con infraestructura sanitaria propia, vertiendo sus aguas servidas al río Trancura, contribuyendo con ello también a la contaminación del lago. Por otro lado, gran parte de la actividad agrícola de fertilización de las tierras en base fósforo y nitrógeno igualmente terminan llegando al lago”.
Daettwyler señaló que la infraestructura pública que se requiere con suma urgencia, para comenzar a dar solución a este problema, es un colector de alcantarillado entre Villarrica y Pucón de modo de poder captar todas las aguas servidas de las viviendas que están en la ribera sur del lago, y por otro lado, dotar a la comuna de Curarrehue de una planta de tratamiento de aguas. Otro punto muy importante es que debe haber regulación y fiscalización del vertimiento de aguas servidas en los cauces que son afluentes del lago.
“El plan regulador intercomunal que hoy rige esta zona es del año 68, y sin duda no ha evolucionado acorde al desarrollo y la demanda turística que han tenido ambas ciudades; el plan debería coordinar la densificación que promueve, con la infraestructura vial que la zona requiere, definiendo además cuáles son las zonas construibles, las zonas protegidas, de humedales, bosques y todo el patrimonio natural”, comentó.
El presidente de la CChC Temuco aclaró que “sabemos que la situación que ocurrió con Socovesa es tremendamente desafortunada, con un impacto visual muy grande, que confunde y deja la impresión equivocada de que gran parte del problema del lago es de origen inmobiliario. Si bien creemos que es importante hacer frente a las malas prácticas en los procesos constructivos, es importante enfocar que el problema del lago y sus ciudades va más allá del desarrollo inmobiliario, y tiene que ver con la falta de una correcta planificación del territorio por parte de las autoridades, que visualice la necesidad de una correcta infraestructura que potencie el desarrollo turístico y económico de la zona, de manera armónica y sustentable con el medio ambiente y su comunidad”.
Finalmente, Daettwyler hizo un llamado al Estado, a los municipios involucrados y a la comunidad a trabajar en conjunto con la cámara Chilena de la Construcción para dar una solución definitiva a este gran problema que afecta a la zona.