Todo estaba confabulado para que fuese una tragedia, pero no lo fue. Los jóvenes Felipe (17) y Bastián (21) salvaron con vida, pese a pasar la noche a la intemperie, con condiciones climáticas muy extremas y, más aún, extraviados en el cerro Quelhue a una altura de casi 800 metros y en condiciones de terrenos muy complejas. Y fue una patrulla de Bomberos de Pucón que logró dar con ellos cuando faltaban pocos minutos para las ocho de la mañana de este lunes. Ambos estaban empapados, algo asustados y con principio de hipotermia. Pero estaban con vida
La historia partió a eso de las 14 del domingo. Luego del almuerzo, ambos jóvenes decidieron hacer una excursión a los miradores del cerro Quelhue. Según sus familiares, Felipe y Bastián, tenían cierta experiencia. Eso porque de niño, de acuerdo el padre de ambos, salían a realizar excursiones y el progenitor, Luis, les enseñó principios básicos de cómo sobrevivir en la naturaleza. Y quizás eso les facilitó la supervivencia en el cerro. La caminata partió cerca de las 15 horas en la base del cerro, al cruzar por el Puente Córdova y seguir por un sendero habilitado sólo para peatones y vehículos 4×4. Este camino los lleva hacia las antenas de telefonía celular que hay el sector y posterior a eso, a tres miradores que hay en el cerro desde donde se ve todo el valle del Trancura. Es decir, una vista de Pucón y sus alrededores privilegiada.
El problema es que las horas pasaron rápido y las malas condiciones climáticos dificultaron la visibilidad y, por cierto, el sentido de orientación de los nóveles excursionistas. Cerca de las 19 horas, Felipe y Bastián dieron aviso a sus padres que el tema se había complicado y que estaban perdidos en el cerro. Por lo mismo, las alarmas se encendieron y tanto Carabineros como Bomberos —a la postre estos últimos, los héroes de la jornada— iniciaron el proceso de búsqueda. Y si bien, en un primer momento, parecía que los resultados se materializarían pronto con buenas noticias, ya que en gran parte del proceso hubo comunicación vía celular, primero, y luego por gritos; con el correr de las horas el asunto se complicó. ¿La razón principal? Lo agreste del terreno que hacían muy difícil a los rescatistas la movilidad.
De hecho, fueron tres patrullas las que subieron y fue la última de ellas, que salió de la base ubicada en el sector del puente Pitraco a eso de las dos de la madrugada, la que finalmente los encontró. Según lo que comentó uno de ellos, Sergio Sagardía, el rescate fue algo fortuito, ya que los jóvenes estaban al otro lado de una quebrada a la que ellos llegaron. “Fue un poco fortuito el rescate porque nos habíamos metido a una quebrada y en la quebrada había como un corte de agua y decidimos volver. Subimos todo lo que habíamos bajado y cuando llegamos hasta arriba decidimos gritar y ahí los encontramos, estábamos como a treinta metros de ellos”, señaló uno de los rescatistas. La ubicación se hizo efectiva a cuando faltaban unos 10 minutos para las ocho de la mañana: “Se encontraban bastante bien, pensé que los iba a encontrar en un peor estado. Estaban con principio de hipotermia, todos mojados, tras un pequeño arbusto y con vista hacia donde estaban las patrullas. Llegamos y les cambiamos ropa rápidamente y caminamos altiro para que entraran en calor”.
Así las cosas, los primeros en llegar hasta donde estaba el campamento base que se cambió, una vez que se confirmó el hallazgo, hasta el sector del Puente Córdova, fue Felipe. Se veía en buenas condiciones, muy mojado, pero tranquilo. Luego del abrazo con su madre (su padre lo esperó más arriba), fue ingresado rápido a la patrulla de Carabineros. Junto a él, otro de los rescatistas, José Gatica, se mostraba muy feliz y emocionado por la misión cumplida. Y no lo ocultaba. “Esto es un orgullo para nosotros. Es lo que hacemos y nos enorgullece hacerlo”, manifestó. Cinco minutos después llegó el segundo joven, Bastián. Casi en las mismas condiciones que su hermano, llegó acompañado por el tercer rescatista, Benjamín Bacuñate.
EMOCIÓN
El padre de los jóvenes, Luis Villarroel, a punto de soltar sus lágrimas, se dio tiempo de agradecer. “Estamos muy agradecidos de los Carabineros, por los rescatistas, por Bomberos. Se portaron un siete. Como les dije a ellos, son héroes anónimos que no necesitan capa ni nada. Son así. Fue un calvario toda la noche desde las siete y media de la tarde”, expresó con muchas dificultades para controlar la emoción de un final feliz.
Rodrigo Garrido, comandante de Bomberos de Pucón, también se mostró conforme por la labor desempeñada, sobre todo por estar en el mes en que la institución cumple 75 años de vida. “La satisfacción de poder haber logrado el objetivo que era poder llegar con ellos hasta el campamento base caminando por sus propios medios, que fue un gran logro. Eso, después de haber pasado toda la noche y con bomberos trabajando alrededor de 15 horas”, argumentó el comandante, quien agregó: “Bomberos debe estar preparado para todo tipo de emergencias y justamente dentro de la fecha de nuestro aniversario. Así que contento por nuestro aniversario y contento por una vez más de haber logrado el objetivo y darle la tranquilidad a las familias”.
Los jóvenes fueron llevados hasta el hospital San Francisco de Pucón para constatar lesiones y su estado de salud integral.
Gentileza Rodrigo Vergara, La Voz de Pucón.