El Colegio de Ingenieros Forestales de La Araucanía denunció las licitaciones que viene realizando Ferrocarriles del Sur (Fesur), del grupo EFE, para la adquisición de más 100 mil durmientes de hormigón que reemplazarán a los tradicionales durmientes elaborados en madera, lo que a juicio de la entidad gremial, va en desmedro de las pequeñas y medianas familias productoras de Bosque Nativo.
Para el presidente del gremio, Rodrigo Gutiérrez, “los programas de mantención de las vías férreas en Chile están reemplazando los tradicionales durmientes de madera por durmientes de hormigón, gastando más de 150 millones de dólares, lo que no ha significado una mejoría en los tiempos de viaje, en la cantidad de personas que usan el tren, ni en la carga que se transporta. El argumento detrás de este reemplazo es la eficiencia del hormigón. Sin embargo, este argumento no es efectivo, en grandes sistemas ferroviarios como los trenes metropolitanos (metros) de París, Londres, Stuttgart, Múnich, Washington, Toronto y Nueva York, por citar solo algunos, donde existen y se mantienen vías con durmientes de madera, dado que dicha práctica no solo resulta ser más eficiente y económica, sino que también es más beneficiosa para el medio ambiente debido a la menor huella de carbono de éstos en comparación con los durmientes de hormigón”.
“Esta lamentable noticia, sobre las licitaciones de compra y conservación de vías que no consideran los tradicionales durmientes de madera, nos recuerda las malas decisiones de política que, continuamente, adopta la autoridad en materia de ferrocarriles. Por esto hacemos un llamado al Directorio de EFE, a que modifiquen su política de reemplazo de durmientes y contribuya con esto la sustentabilidad de nuestros bosques y a dinamizar la economía de miles de familias de la regiones del sur de Chile especialmente a la región de La Araucanía” agregó.
Para Gutiérrez, “nuestra preocupación se fundamenta además, en las recientes licitaciones, que EFE, está colocando y colocará con la consecuente demolición de la actual vía férrea, para los tramos Victoria – Temuco, Coronel – Lota, Santiago – Melipilla, Paine -San Antonio, Santiago – Batuco y Limache – Quillota, lo que significará un perjuicio a las familias productoras, de más de 600.000 durmientes y con un costo que significa un despilfarro de recursos que nuestro país no está en condiciones de permitir”.
Según lo consignado por el Colegio de Ingenieros Forestales, en Chile, los durmientes de madera de las vías férreas, son un producto histórico proveniente del bosque nativo. Generar y mantener una demanda asociada a este producto, incentivaría el manejo sustentable del bosque, generando empleo en el sector rural y beneficiando a las economías locales. Usar durmientes de madera contribuye a dar valor agregado y sostenibilidad a millones de hectáreas de bosque nativo que necesitan incorporarse a la producción y que son la fuente de ingresos de miles de familias de las regiones de La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos (200.000, según Conaf-DED).
La entidad añadió que solo en La Araucanía, donde existen 500 mil hectáreas de renovales, para producir 200.000 durmientes al año, se podrian abastecer con 943 hectáreas de bosque manejado sustentablemente, sin comprometer el estado del bosque, segun infor (Hernandez, Villarroel. 2014), generendo mas de 46 mil puestos de trabajo.
Según la Ocde, Chile, comparado con otros países del mundo, tiene en materia de competitividad de la calidad de su infraestructura de transporte una posición intermedia (ranking 47), pero es en el ámbito ferroviario donde está más débil (ranking 74). Es evidente que el país necesita mejorar la conectividad para lograr un desarrollo más equilibrado, acercando los centros de producción a los puertos fortaleciendo su infraestructura ferroviaria.
“Existe una contradicción desde la autoridad en promover el uso de madera y apelar a generar productos del bosque nativo de mayor valor, distintos de la leña, y por otra parte efectuar una política de compras públicas sin considerar los productos del bosque. Nuestro bosque nativo, principalmente los renovales, cuya superficie se estima en más de un millón de hectáreas, son capaces de satisfacer una demanda de durmientes sin deteriorar el recurso, generando a su vez empleos locales. Por otra parte, en la actual política de reemplazo se gastan millones de dólares en un cambio que no afecta significativamente la calidad del servicio, mientras que los puentes ferroviarios se caen por falta de recursos para su mantención, como ocurrió el 2016 en el río Toltén y este año en el río Cautín”, sostiene Rodrigo Gutiérrez.
“Por esto terminamos haciendo un llamado a las autoridades de las carteras de Obras Públicas, Transportes y Agricultura, para darle coherencia a las políticas públicas asociadas a la mantención de la red ferroviaria y al fomento al manejo del bosque nativo. Se pueden enfrentar exitosamente ambos objetivos generando un positivo impacto económico, social y ambiental a escala local, manteniendo los durmientes de madera y la actividad que se genera en torno a su elaboración”, concluyó.