Un reporte dado a conocer por la Corporación Chilena de la Madera (CORMA) destaca que son 1.289 los incendios que han combatido las empresas forestales en lo que va de la presente temporada, de los cuales un 50% han sido en terrenos de particulares. Las empresas destinaron más de 650 brigadistas y cerca de 20 aeronaves al combate de incendios en las regiones de Biobío, Ñuble, Maule y Araucanía.
Continúa destacando dicho reporte que en la extinción de los incendios debió acudirse al empleo de helicópteros Annie de Arauco y “Chinook” de CMPC, el último de los cuales tuvo una cifra récord de más de 200 lanzamientos de agua durante 72 horas de trabajo y puede arrojar contra el fuego 10 mil litros de agua por vez. El ámbito en el cual han debido trabajar brigadistas y aeronaves contra incendios incluye las comunas de Nacimiento, Florida, Parral, Cañete, Cholchol, Catillo y Sagrada Familia.
Pero téngase presente además otro drama asociado a los incendios forestales. Desde la Asociación de Contratistas Forestales Asociación Gremial (ACOFORAG) se ha informado que son aproximadamente 53.000 las hectáreas incendiadas, siendo las más afectadas las regiones de Biobío y La Araucanía en las que se concentra el trabajo de cerca de 250 empresas contratistas forestales.
En este sentido, René Muñoz Klock, Gerente de la ACOFORAG, explicó: “Hay empresas que ya han quebrado o que están cambiando de giro o yéndose del sector y para nosotros esto es preocupante y por eso necesitamos que, en conjunto, el sector forestal comience a defenderse. Otras empresas ya han quebrado definitivamente por estos efectos que hacen inviable el funcionamiento de ellas”
Así es como cinco empresas contratistas forestales que son parte de, están en riesgo real de quiebra y otras cinco ya han cerrado definitivamente debido a las consecuencias de años de ataques incendiarios a los que se suman los efectos de los incendios de la temporada 2017- 2018 y los de las últimas semanas que se combaten en las principales regiones forestales del país.
“Sin duda que los incendios forestales producen una reducción y pérdida de producción y como consecuencia una pérdida de facturación que influye directamente en la caja y flujo de cada uno. Los siniestros de 2017 generaron la pérdida de bosques por toda una generación y donde no se podrá volver a trabajar en 10 o 15 años más”, declaró René Muñoz Klock, quien agregó, basado en los resultados del estudio de disponibilidad de pino y eucaliptus en la Región del Maule realizado por el Instituto Forestal de Chile (Infor) y dado a conocer recientemente, “hay una reducción en un 30% del potencial productivo, al consumirse 127 mil hectáreas de plantaciones en esa región. Es todo un ambiente que va en contra de las empresas de servicios forestales y que debemos tratar de evitar”.
Dentro de las causas del cierre de estas empresas están también los 121 atentados incendiarios que han afectado a empresas del gremio desde 2014 a la fecha. Episodios de violencia que han significado la destrucción de 388 equipos y pérdidas económicas por $43 mil millones.
Al ser consultado sobre la ocurrencia de nuevos atentados en los últimos días, el Gerente de la ACOFORAG explica: “Desde la muerte de Camilo Catrillanca se habían hecho más frecuentes, pero desde que se implementó el estado de excepción por catástrofe, no hemos tenido atentados en las faenas forestales, pero lamentablemente se ha trasladado a los agricultores. Sólo una vez que concluya el período de incendios se podrán cuantificar las pérdidas inmediatas y las que son de mediano y largo plazo”, lo que dependerá de la edad de cada bosque destruido. Si bien no ha habido pérdidas humanas ni de equipos en las faenas a causa de los incendios, sí muchas empresas se han tenido que retirar para no exponer a su personal ni sus maquinarias”.