“Siguiendo la tendencia mundial de diversificar las fuentes de energía, Chile ha invertido en promover el uso de energías renovables. La energía solar es la opción más comúnmente conocida y socialmente aceptable en todo el mundo. Mientras tanto, la energía geotérmica es una opción menos conocida. Chile es un país andino ubicado a lo largo del Anillo de Fuego y tiene un alto potencial geotérmico, con una capacidad estimada entre 3000 y 16,000 Mwe. Mientras que países como Costa Rica y México utilizan energía geotérmica para la producción de electricidad, con una capacidad instalada de 207 Mwe y 1017 MWe respectivamente, este tipo de energía aún no está bien desarrollada ni es muy conocida en Chile”.
Así lo explica la investigación de Sofía Vargas Payera, especialista del Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (Cega), del Departamento de Geología de la Universidad de Chile, en relación a la comprensión de la aceptación social de la energía geotérmica y que tiene como estudio de caso la Región de La Araucanía.
En dicha investigación se expone que la aceptación social es un factor crucial en el desarrollo de cualquier proyecto de energía y existe una evidencia empírica limitada de cómo se percibe este tipo de energía en países latinoamericanos como Chile. Esta investigación se enfoca en la región de la Araucanía en Chile, particularmente en las comunidades que rodean el volcán Villarrica. Esta región tiene más de ocho volcanes y alrededor de 20 fuentes termales que se utilizan para actividades recreativas. El volcán Villarrica es uno de los volcanes más activos del continente. La Araucanía también alberga el 33% de la población mapuche total en el país.
Otros detalles presentes en la investigación son: Hay varios factores que han contribuido a la paradoja de que Chile sea un país con un alto potencial geotérmico, pero aún no hay una gran producción de energía geotérmica. Las principales barreras para desarrollar proyectos de alta entalpía en Chile son económicos, legales e institucionales. Incluye tiempos de procesamiento lentos para licitaciones relacionadas con proyectos geotérmicos, marcos de tiempo cortos para la exploración, falta de fondos públicos durante la etapa de exploración y falta de especialistas en geotermia que trabajan en ministerios relevantes y otras instituciones que se ocupan de la producción de energía. El escenario se vuelve aún más complejo si se incluyen en la ecuación otros factores, como la falta de políticas energéticas a medio y largo plazo y la ausencia de iniciativas gubernamentales relacionadas con la energía.
En el sector global de las energías renovables, la aceptación social ha sido identificada como una de las barreras más poderosas para la implementación de nuevas tecnologías, de acuerdo a la investigación desarrollada por Sofía Vargas. En general, la energía geotérmica no tiene un alto nivel social de aceptación como otros tipos de energía renovable como la solar o eólica, y no ha jugado un papel importante en los debates públicos sobre energía renovable. Varios estudios han encontrado que algunos de los principales factores que afectan la aceptación geotérmica incluyen: Conocimiento público limitado sobre la tecnología, cobertura desfavorable de los medios, inquietudes como el uso del agua y la actividad sísmica, incertidumbre sobre la reversibilidad y la previsibilidad de los efectos adversos en las aguas termales y niveles bajos Participación comunitaria en procesos de consulta y desarrollo de proyectos.
Con respecto a que la incertidumbre pública y los vacíos de información afectan la aceptación social de una tecnología energética, adoptar un enfoque de comunicación de riesgos que fomente el diálogo activo entre los interesados puede ofrecer un terreno fértil para emprender una exploración empírica sobre las actitudes sociales hacia la energía geotérmica. La planificación efectiva de la comunicación de riesgos permite que la confianza se construya entre las partes interesadas, permitiendo a todas las partes involucradas tomar decisiones bien informadas y, por lo tanto, empodera a las comunidades locales. Este enfoque es adecuado para analizar una amplia discusión sobre la energía de la sociedad porque la información y las prácticas educativas tienen lugar en un contexto incierto.
El estudio preparado por Sofía Vargas se llevó a cabo principalmente en Villarrica, el paisaje natural es uno de sus principales atractivos e incluye 12 áreas protegidas que se extienden sobre 291,784 hectáreas. La ciudad también abarca el icónico volcán Villarrica (39 ° 25 ′ S; 71 ° 56 ′ W), un estratovolcán compuesto que es uno de los volcanes más activos en los Andes del sur. Se destaca además que, desde una perspectiva geológica, la región de la Araucanía es una de las seis áreas geotérmicas de alta entalpía (es decir, magnitud termodinámica) en los Andes chilenos, con el mayor potencial de producción. La población total de la ciudad se acerca a los 50,000 habitantes, y hay numerosas comunidades indígenas mapuche en los alrededores. Desde una perspectiva social y cultural, esta región está marcada por una relación compleja entre el Estado y las comunidades indígenas.
Este proyecto de investigación fue concebido como un ejercicio para comprender mejor el nivel de apoyo social para los proyectos de energía geotérmica en una región con un gran potencial para la producción de energía geotérmica de alta entalpía pero sin resultados reales (en el momento de la entrevista relacionada). En general, los resultados indican que los participantes tienen bajos niveles de comprensión y opiniones desfavorables sobre la energía geotérmica para la producción de electricidad, que es un escenario bastante consistente en todo el mundo. De estos resultados, es posible inferir que existe un bajo nivel de aceptación social de la tecnología geotérmica entre la comunidad de Villarrica y que la percepción de riesgo es alta. Las investigaciones futuras deberían emprender un enfoque cuantitativo para confirmar esta tesis.
De acuerdo a lo investigado por Sofía Vargas, múltiples factores contribuyen a la oposición social a los proyectos de desarrollo geotérmico. Esta investigación ilustra cómo cambia la percepción entre las partes interesadas. Si bien no existe consenso sobre la preocupación principal, existe una conexión entre los factores destacados. Si bien para los funcionarios locales, los gerentes de aguas termales y la comunidad local, las principales preocupaciones son posibles efectos secundarios sobre el turismo, las aguas termales y el medio ambiente, respectivamente, sin embargo, también mostraron interés en saber más sobre las aplicaciones de uso directo. En este sentido, el uso directo de la energía geotérmica parece ser una oportunidad para introducir el recurso y mejorar la aceptación social en esta región. Promover proyectos de calefacción de invernaderos o espacios en áreas aisladas caracterizadas por la falta de confort térmico debido a condiciones climáticas adversas como Lonquimay y Melipeuco o en ciudades urbanas altamente contaminadas como Temuco en la región de la Araucanía podría ser un boleto de entrada para mejorar la aceptación de la comunidad. En este asunto, Chile podría aprender de países como Nueva Zelanda, donde los proyectos de uso directo están a cargo de la comunidad maorí.
Teniendo en cuenta que el nivel de aceptación social es mayor si la comunidad participa en el proceso de toma de decisiones antes de la implementación de la tecnología, la investigación futura podría centrarse en las estrategias de participación pública de la comunidad desarrolladas en Chile, teniendo en cuenta el caso de la planta geotérmica de cerro Pabellón, ubicada en la región de Antofagasta. El análisis de esos casos podría ser una gran exploración empírica sobre diferentes estrategias de participación local en dos territorios indígenas diferentes. Desde el punto de vista de los pueblos indígenas, esta investigación empírica confirma la complejidad de la relación entre los seres humanos y la tierra.
Por otra parte, en la investigación de Sofía Vargas se da a conocer como interesante la conexión entre la energía geotérmica y la minería realizada por algunos opinantes, que parece ser uno de los factores que afecta el nivel de confianza, teniendo en cuenta la relación que se hace mediante el uso del subsuelo y debido a que algunas empresas mineras tienen concesiones geotérmicas. Una de las preocupaciones más importantes de los participantes es el impacto ambiental relacionado con el uso del subsuelo.
La investigación latinoamericana no es sólida en esta área debido principalmente a la ausencia de proyectos de alta entalpía en la región; sin embargo, otras investigaciones destacan el cómo la reputación negativa de las industrias extractivas afecta la aceptación social debido a la degradación ambiental. Esta situación es común en los países latinoamericanos caracterizados por promover industrias extractivas y es, además, un punto de partida para futuras exploraciones en esta área, lo cual es un asunto crítico en países mineros como Chile y Perú.
Para leer la investigación completa en su fuente original, Ud. puede hacer click aquí