Escribe: Susana Jiménez, ministra de Energía.
Las ciudades del centro-sur del país se encuentran en una situación ambiental preocupante. Sus niveles de contaminación sobrepasan ampliamente la normativa de calidad ambiental.
Entre las 10 ciudades más contaminadas de Latinoamérica se encuentran Osorno, Coyhaique, Valdivia, Padre Las Casas, Temuco, Santiago, Linares, Rancagua y Puerto Montt.
La principal causa de este problemática corresponde al mal uso de la leña para calefacción, contribuyendo con cerca del 90% del total de las emisiones de material particulado fino a nivel nacional, lo que impacta de manera significativa en la salud de la población.
Los biocombustibles sólidos, como la leña, los pellets, las astillas y las briquetas, constituyen la tercera fuente de energía del país, calefaccionando a casi 2 millones de hogares. Su mercado es altamente informal y atomizado, sin estándares de calidad. Cumpliendo con nuestro programa de Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, el primer semestre presentaremos un proyecto de ley para su regulación, teniendo siempre como foco el bienestar de las personas.
Anualmente se transan US$ 800 millones en el mercado de la leña, generando 80 mil empleos, la mayoría de carácter temporal y sin contrato. Considerando el impacto económico y social de esta política pública, siendo su uso generalizado en el centro-sur del país, creemos que su formalización debe ser gradual, progresiva y discutida con la ciudadanía.
Con este fin, concluimos recientemente talleres de consulta ciudadana en ocho regiones del país, donde participaron productores, comercializadores, transportistas, consumidores, académicos, comunidades indígenas, líderes sociales, carabineros y autoridades regionales. Cerca de 600 personas expresaron sus inquietudes en temáticas como programas de apoyo, fiscalización, gradualidad, estándares de calidad y requisitos para los actores del mercado.
Los aportes de estas jornadas de discusión son fundamentales para la elaboración del proyecto de ley que busca transitar hacia una matriz de calefacción sostenible, que mejore la calidad de vida de la población.
Si bien debemos focalizar nuestros esfuerzos en mejorar la calidad de la leña, también es necesario acelerar el recambio de sistemas de calefacción, fomento del aislamiento térmico de viviendas, además de promover un cambio cultural que contribuya a mejorar esta situación.
Estamos orgullosos de trabajar con y para la ciudadanía este proyecto de ley que significa cuidar mejor nuestro país, nuestra salud, y entregar un medio ambiente limpio a las generaciones futuras.
Sabemos que la regularización de la leña es un tema complejo porque requiere cambiar conductas arraigadas durante mucho tiempo. Llamamos a la ciudadanía a seguir siendo parte de esta cruzada país por la descontaminación de nuestras ciudades.