El 24 de septiembre del año pasado, el Presidente Sebastián Piñera lanzó en Temuco el denominado Plan Impulso Araucanía, que tuvo como ejes aspectos económicos, culturales, sanitarios y educacionales, pero por sobre todo la inyección de recursos extras para la región.
Sin embargo, a un año de esto y más de año y medio de la instalación del Gobierno, existen dudas se su real efectividad y puesta en marcha. Temas pendientes como lo comprometido en la oportunidad relacionado al Reconocimiento Constitucional de los pueblos indígenas, un Ministerio y Consejo de pueblos, han sido enrostrados en diversas oportunidades y nada aún por el momento.
Por otro lado, la inversión pública, a decir de algunos sectores políticos ha sido lenta y prueba de ello es que el año pasado para alcanzar la Ejecución Presupuestaria se debieron “traspasar” a Ministerios y Servicios más de 23 mil millones de pesos los que no fueron gastados. Este 2019 y a la fecha va poco más de un 37%, ubicando a la región penúltima en gestión y muy de bajo del promedio nacional que es un 49%.
El diputado PPD, Ricardo Celis, manifestó que “yo creo que el balance es negativo. Creo que los niveles de desarrollo económico que ha tenido la región y social han sido muy escasos. Hemos visto que los fondos del Fndr tienen un gasto mucho menor en comparación a 2 o 3 años atrás. Hay más plata que antes, pero no se gasta por mala gestión”, indicó el parlamentario.
Celis ahonda en la crítica señalando que “este Plan Impulso es como un fantasma, una ilusión que nos han creado de algo que existe, que se está desarrollando a todo evento, pero en la práctica es que no hemos visto ningún cambio”.