“Tan sólo algo comparable con el primer Cónclave Nacional de la Fruta que organizáramos con Fedefruta en agosto del año 2007. En efecto, en mis casi 33 años de trayectoria en la fruticultura chilena, no habíamos concordado, como entidad, realizar una prospección, con la debida profundidad y proyección, respecto del futuro de nuestra actividad y respondernos preguntas tan básicas por una parte, y tan profundas por otra, que nos permitirán proyectarnos al futuro con una mayor certeza respecto de lo que éste nos depara”.
Así lo destacó Ronald Bown, Presidente de ASOEX, durante el discurso inaugural del evento en el cual proveedores de las industria, líderes de opinión frutícola y representantes empresariales del sector público, se reunieron para conocer los resultados preliminares del primer estudio de competitividad de la industria chilena de la fruta fresca, “2030: Juntos, Nuestra Fruta Valdrá Más”.
Rodrigo Martínez, vice presidente de Matrix Consulting, fue el encargado de dar a conocer los resultados preliminares del estudio “2030: Juntos, Nuestra Fruta Valdrá Más”. Lo hizo, destacando el importante crecimiento de la población mundial (+12%) y en el consumo per capita de alimentos (+18%) que se estima para el año 2030, y en específico para el consumo de frutas y verduras (+80%) lo que es una excelente oportunidad para Chile. Dijo además que el estudio se centrará en trece especies frutícolas: manzanas, unas de mesa, kiwis, paltas, peras, cerezas, ciruelas, arándanos, naranjas, limones, mandarinas y clementinas, nectarinas y carozos (damascos y duraznos).
Martínez precisó que “preliminarmente los desafíos de la industria frutícola chilena se pueden clasificar en cinco dimensiones de competitividad como: factores productivos, consumidores y mercado, industria de soporte, coordinación sectorial, y Estado”.
COMPETIDORES
En la dimensión de “Industria de Soporte”, relevó la concentración logística de los puertos de Valparaíso y San Antonio (80% de las exportaciones de frutas), y que se ve afectada por situaciones de conflicto laboral y paros. También en materia logística, la distancia entre los puertos chilenos y los mercados de destino sitúa al país en una situación que debe ser abodada respecto a los competidores, destacando los esfuerzos realizados por las empresas para reducir los tiempos de tránsito para los embarques de cerezas a China.
Rodrigo Martínez explicó que la apertura comercial de Chile es una ventaja competitiva que se ha reducido, por cuanto los competidores gozan, cada vez más, de estas mismas condiciones de accesos arancelarios a los mercados. En la dimensión “Estado”, el profesional destacó la falta de presupuestos adecuados del Ministerio de Agricultura y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para poder afrontar desafíos fitosanitarios del país, bajo una estrategia de largo plazo y la necesidad de una mayor participación del sector privado.
Si bien las dimensiones descritas revisten importantes desafíos, Rodrigo Martínez señaló que “en cada una de estas dimensiones de competitividad hay casos de éxito de la industria chilena de la fruta que invitan a la esperanza y apuntan a una reacción del sector, a lo cual se adicionan significativas ventajas que también marcan un positivo escenario para el sector. Chile posee ventajas como su clima mediterráneo, permitiéndole producir una diversidad de frutas de alta calidad. Por otro lado, el sector ha demostrado su capacidad de adaptación, por ejemplo, al analizar la evolución al alza de compras de variedades protegidas. Por otro lado, la fruta chilena goza de reconocimiento de calidad en los mercados de destino. En Asia, por ejemplo, en las entrevistas que hemos realizado con importadores, retailer y otros actores claves que compran la fruta de Chile, la calidad de la fruta chilena es reconocida de manera superior a muchos de sus competidores”.
GOBIERNO
El primer estudio de competitividad de la industria chilena de la fruta fresca se basa en una iniciativa desarrollada por la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile AG (ASOEX), para mejorar la competitividad y la proyección tecnológica de la industria frutícola chilena respecto a sus competidores, considerando los efectos que tendrá en la actividad agrícola y sus trabajadores en un plazo de entre 3, 5 y 10 años. Dicho estudio, según informaron desde Asoex, cuenta con el apoyo del Gobierno de Chile, a través del Ministerio de Agricultura, Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa); Dirección de Promoción de Exportaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores (ProChile) y el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo del Ministerio del Trabajo y Previsión Social (Sence), además de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta) e incluso empresas Anasac y Mediterranean Shipping Company (MSC).
En opinión de Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta: “Creemos que este es el punto de inflexión que necesitábamos en la industria. Creemos que nos hemos quedado un poco atrás en mirarnos internamente y ver qué nos falta, qué medidas debemos tomar y cómo lo tenemos que hacer. Celebramos este estudio, pues nos permitirá dar vuelta este escenario de incertidumbre. Estamos muy contentos de participar en él. Creemos que el diagnóstico es el correcto y los objetivos planteados también”.
Bown destacó también los desafiantes cambios relacionados con la oferta exportable chilena, el comportamiento de los mercados externos, así como el cambio en el comportamiento de los consumidores y los competidores. Cambios que están definiendo desafíos para el sector exportador de frutas. “Hay que definir políticas a largo plazo, que no dependan del gobierno de turno. Así lo están haciendo nuestros competidores”, remarcó Bown, en referencia a la forma rápida y efectiva en la cual están reaccionando ante estos cambios y desafíos los países competidores, impulsados por un apoyo gubernamental robusto en lo económico y con mirada de largo plazo, lo cual, puntualizó no estaría ocurriendo en Chile.
Ronald Bown habló también de lo importante que es para la competitividad del sector que las políticas públicas e iniciativas legislativas consideren la realidad de la industria (temporalidad y perecibilidad), sobre todo en materias claves como son la capacitación, el medio ambiente , la institucionalidad alimentaria, los programas de inocuidad de la industria, la institucionalidad portuaria, la automatización e inteligencia artificial de los trabajadores del sector y su empleabilidad, y la sustentabilidad, entre otras materias.
“No existe hoy un adecuado diagnóstico, que nos permita establecer propuestas que se implementen, de manera consensuada, con las autoridades respectivas, por ello, este estudio nos permitirá ver, de la manera más clara posible, lo que hoy nos limita, en conjunción con nuestras fortalezas, en un espectro global, vale decir, considerando también la situación del sector público, y definir, entre todos, cómo poder enfrentar esta crítica situación, destacando la labor que en estas materias el Ministro de Agricultura, Antonio Walker”, observó Ronald Bown.
Cabe destacar que el evento de presentación del primer estudio de competitividad de la industria chilena de la fruta fresca, contó además con las exposiciones de Víctor Grimblatt director y Gerente General de Synopsys Chile; Raúl Menjibar, Socio Fundador de Porta; Rodrigo Quevedo, Director General de Robotics Lab, y Sergio Melnick, ingeniero comercial, consultor y conferencista, quien además fue el moderador del panel, en el cual participaron todos los expositores del evento.
“Es importante abordar los desafíos pensando cómo el futuro determina nuestro presente, y no al revés, pues en la medida que tengamos claro dónde queremos llegar, podemos hacer las cosas necesarias hoy para avanzar hasta allá. La industria frutícola chilena ya demostró que puede ser líder mundial, tiene que reinventarse y hacerlo nuevamente, y por lo que hemos visto acá es que se puede. Hoy están presentes los líderes, los expertos, los productores, los exportadores, en una audiencia de más de 300 personas. Entonces no sólo se puede, sino que se debe”, precisó Sergio Melnick.
Los panelistas abordaron temas claves sobre el uso de tecnologías como la robótica, el internet de las cosas, la inteligencia artificial en el sector, coincidiendo en que éstas llegaron para quedarse y avanzar aún más, por lo tanto, deben ser adoptas por la industria como herramientas para mejorar cada proceso de la fruta y apoyar la labor de los trabajadores. Agregaron, asimismo, la importancia que reviste una mayor coordinación y articulación entre las universidades, las empresas productoras y exportadoras de frutas, y el Estado, para que los desarrollos que se están realizando a nivel tecnológico respondan a las necesidades reales del sector.