Deportista de Los Sauces fallece en pleno partido de fútbol amistoso

Francisco Escalona era uno de los bomberos más antiguos de la comuna.

Una trágica tarde fue la que vivieron los asistentes a un encuentro deportivo en la comuna de Los Sauces, quienes fueron testigos del repentino fallecimiento, en medio de un partido de fútbol, de uno de los voluntarios de Bomberos más antiguo de la comuna, quien sufrió un infarto que le provocó la muerte en el mismo campo de juego.

Testigos relataron que Francisco Escalona Uribe, de 57 años y padre de dos hijas, se encontraba disputando un partido de fútbol amistoso en el Estadio Municipal de Los Sauces, en compañía de colegas y vecinos del sector.

Escalona, quien cubría la posición de arquero, como lo hacía regularmente, repentinamente se desplomó, siendo auxiliado por los asistentes, quienes nada pudieron hacer, falleciendo en el mismo lugar.

Marcelo Navarrete, comandante de Bomberos de Los Sauces, aseguró que Francisco Escalona llevaba más de tres décadas como voluntario y que era una persona que regularmente realizaba actividad física. “Él era muy antiguo en la institución. Trabajaba como chofer del Cesfam, pero en algún minuto incluso fue personal rentado de Bomberos, como maquinista. Jugaba fútbol regularmente y lo hacía al arco. También practicaba mountanbike, por lo que no era una persona que no hiciera nunca deporte”, aseguró.

DOLORES
Pese a esto, Navarrete explicó que al parecer la víctima había evidenciado algunas molestias anteriores e incluso en el partido mismo. “Dicen que en el partido, minutos antes había recibido un fuerte pelotazo que lo habría dejado con algunas molestias. A los pocos minutos, en una jugada sale a achicar a un jugador y se produce un contacto que los jugadores reclamaban como penal. Fue en ese momento que nuestro compañero se desplomó y lo comenzaron a asistir, sin que se pudiera hacer nada”, relató con angustia el comandante.

Francisco Escalona Uribe era voluntario de la Primera Compañía “Otto Linke” de Los Sauces y sus restos fueron escoltados por sus colegas, quienes aún parecen no creer lo sucedido.
Por Rodrigo Zurita.