Escribe: Silvia Hormazábal, integrante del Departamento Protección de Incendios Corma.
Estamos en un año complejo, enfrentando un cambio climático que causa estragos en el mundo y que ha llevado a la peor sequía de la historia en nuestro país. Este escenario adverso crea condiciones propicias para la propagación de incendios, que afecta todo a su paso, sin discriminar lo que se quema en su avance.
A pesar de las campañas de prevención, la cantidad de siniestros va en aumento, al punto que ya no existe una temporada de incendios marcada por los veranos, porque tenemos incendios durante casi todo el año. La experiencia de lo vivido en 2017 y lo que está ocurriendo en Australia son ejemplos de lo que no queremos que se repita.
Tanto Conaf como en las empresas asociadas a Corma, trabajamos todo el año en prevención. Sin embargo, vemos que esto no es suficiente, pues falta asumir que los incendios son un problema de todos y, por lo tanto, debemos tomar un rol más activo, cuidando nuestras casas y entorno.
El 99,8% de los incendios en nuestro país se originan por negligencias o intencionalidad. Por eso es importante tener en consideración que nuestras actividades cotidianas pueden generar directa o indirectamente un siniestro.
Buenos ejemplos de causas directas son la generación de chispas al soldar en sectores con vegetación; botar cenizas de las cocinas o estufas; encender velas en animitas sin raspado del suelo; hacer fogatas o quemas de basura, entre otros. De forma indirecta: dejando desechos combustibles en el entorno.
Como familia debemos tener un plan en caso de amenaza. Como vecinos debemos organizar grupos de prevención; identificar riesgos para eliminarlos o mitigarlos; estar coordinados para dar aviso oportuno a las instituciones correspondientes; definir vías de evacuación y zonas seguras y realizar simulacros, entre otras acciones efectivas.
En este sentido, la Red de Prevención Comunitaria realiza una gran labor, con más de 300 comités a lo largo del país que logran motivar y empoderar a vecinos para mantener un rol activo en labores de prevención.
A pesar de todos estos resguardos, hay incendios intencionales que no podemos evitar con prevención, pero podemos estar atentos a actitudes sospechosas que podrían ser antecedentes valiosos para entregar al 130 de Conaf, 133 de Carabineros o 134 de la PDI.
Provocar un incendio es un delito, por lo que debemos hacer todo lo posible para prevenir y denunciar, con el fin de evitar que en nuestro país se repitan tragedias como las que ya hemos vivido.