En abril pasado y, a pocos días de decretarse la pandemia, la empresa NarB us adoptó una medida inédita entre los buses de recorrido interprovincial, al restringir el uso de asientos en toda su flota, bloqueando la venta de la mitad de sus asientos, manteniendo con ello la distancia social entre sus pasajeros, distribuyendo al interior de las máquinas, además, alcohol gel y realizando controles de temperatura entre los usuarios.
La drástica medida implicó la prohibición de uso de asientos contiguos, limitando de esta manera la capacidad de pasajeros de cada máquina. Una medida exclusiva de esta empresa para los recorridos entre Santiago y La Araucanía o Los Ríos, que redujo el riesgo de contagios por Covid-19, a pesar del sacrificio económico que implicó mantener la conectividad terrestre con esta restricción autoimpuesta.
Tras el desconfinamiento, y luego de cuatro meses de bloqueo de asientos, ahora la empresa de buses regionales pionera en medidas para evitar el coronavirus comenzó una nueva etapa, que consiste en nuevas medidas, como la entrega gratuita a los pasajeros de escudos protectores faciales con anteojos.
Se trata de 10 mil unidades que ya se encuentran disponibles para todos quienes realicen viajes desde y hacia Santiago. “Para seguir cuidando a nuestros pasajeros estamos regalando estos protectores faciales para todos nuestros recorridos interprovinciales, adicionales al uso de la mascarilla que es obligatoria”, explica el gerente de transportes Nar Bus internacional, Freddy Albornoz.
A ello se suma la sanitización microbiológica con alta tecnología de todas las máquinas interprovinciales, que elimina bacterias, hongos y virus (incluido el covid-19), manteniendo una protección por hasta 90 días. Al respecto, Albornoz destaca que “es una medida adicional al uso diario de amonio cuaternario que exige la autoridad. Esta sanitización adicional es una medida a nivel microbiológico que hemos querido adoptar para seguir en la línea de cuidar a nuestros pasajeros”. El representante de Microbe Solutions, Christian Osiadacz, explica que este sanitizante “es un barniz molecular que se aplica y queda adherido a todas las superficies, matando a los patógenos mediante una acción mecánica. Los atrae eléctricamente, los ensarta contra una cadena de carbono y les genera una descarga eléctrica a nivel molecular y, como esta acción es mecánica, por eso puede permanecer activa por tanto tiempo”.