Consuelo Vallejos (21) comenzó su camino como bombera desde los 18 años y cuenta que siempre le apasionó esta labor, la que hace impulsada por la vocación de servicio y la ayuda comunitaria. Y fue justamente la vocación la que la llevó a postular para trabajar e integrar una de las primeras brigadas femeninas del país, denominada 811. “Esto es algo que yo veía como soñado. Cuando nosotros íbamos a trabajar de bomberos a los incendios forestales veía a los chiquillos con su chaqueta amarilla, con su casco y mochila y pensaba: ´Igual bacán estar ahí´, y ahora podemos y acá estamos. Es un paso bastante grande y súper importante. Encuentro genial que se abra esta puerta”, explica.
Vallejos lleva cinco meses trabajando en esta brigada, la que opera tanto en el centro como en el sur del país durante la temporada de incendios 2021-2022. Cuenta que ha sido una experiencia muy exigente, pero también una gran oportunidad para entrar en un área prácticamente dominada por los hombres, además de obtener mucho aprendizaje, y de paso pavimentar el camino para que más mujeres se unan a la brigada. “Yo sé que a muchas mujeres les ha pasado que están buscando trabajo y les dicen: ‘No, estamos buscando hombres’. ¿Pero qué tienen ellos que nosotras no? Hay muchas que son mamás, e incluso mamá y papá a la vez, y hacen una pega espectacular, manteniendo una casa. No hay nada que no podamos hacer. Es espectacular que se estén rompiendo los límites, que podamos trabajar de esta forma aquí y que se nos permita el desarrollo de una manera más profesional y remunerada”, destaca la joven brigadista.
Este equipo de brigadistas mujeres, que es parte de los recursos que destina CMPC para el combate de incendios forestales, se formó en 2021 y debieron prepararse durante un largo tiempo para desempeñarse en esta tarea. Fueron semanas de capacitaciones y a la fecha, llevan cinco meses viviendo juntas y trabajando sin parar para controlar el fuego en distintos focos de incendios del país.
Un largo periodo que las ha mantenido lejos de sus hogares y de sus familias, lo que para algunas no ha sido fácil. Eso explica Claudia Suazo (30), otra de las brigadistas que forman parte del equipo. Es madre de tres hijos y durante este tiempo en que ha estado trabajando, asegura que el apoyo de su marido ha sido fundamental: “Esto es un desafío muy grande. La temporada son cinco meses, donde ya les dije a mis hijos que la mamá va a estar dentro y fuera de la casa. Tengo el respaldo que mi pareja sabe cómo desempeñarse como papá, es muy atento. Estoy acá con la seguridad de que mis hijos estarán bien. Él fue quien me impulsó a hacerlo”, detalla.
Claudia reconoce que este trabajo ha sido una gran oportunidad para ella y se proyecta en este rubro en un futuro. “Me siento súper bien acá, y pienso que es una gran oportunidad. Quiero trabajar y estudiar”, señala.
BRIGADA MÓVIL
Este equipo especializado cumple la función de brigada móvil, lo que significa que se van moviendo en distintos territorios para prevenir que la propagación y proyección del fuego afecte a las viviendas en límites rurales-urbanos, y combatiendo el fuego cuando es necesario. Se movilizan en un vehículo con 2.000 litros de capacidad, que portan además retardantes, espuma y gel ignífugo, los que son fundamentales para evitar que las llamas perjudiquen infraestructuras. “Me motivó el tema de querer ayudar, el ser voluntaria y poder salvar una vida es importante para mí”, afirma Yesenia Valenzuela (28), quien es otra de las brigadistas que forma parte de la brigada 811.
Ella también es bombera y, al igual que sus compañeras, sostiene que ha sido una gran oportunidad para desarrollarse en un rubro nuevo y de su interés. “Hay muchas mujeres que antes quisieron postular a este tipo de trabajos y se les negó entrar. El tema de ser mujer siempre se ve como más delicado, pero al final de cuentas, cuando nosotras trabajamos hacemos la misma pega y, de hecho, a veces lo hacemos mejor. Está muy bien que integren a mujeres, le da un toque muy especial a una brigada. Para mí es un orgullo y una responsabilidad grande poder representar el género femenino en una brigada”, manifiesta.
Desde CMPC, Ignacio Lira, subgerente de Asuntos Corporativos, señala que es importante abrir las puertas para que mujeres participen en rubros en los que generalmente no han estado presentes: “Estas seis brigadistas son la prueba de que las mujeres también pueden desempeñarse en actividades como éstas, que históricamente han sido realizadas por hombres. Sin duda, seguiremos trabajando en este camino para que más mujeres se puedan sumar en esta y otras áreas del sector forestal”.