Antes del cierre de colegios por la pandemia 158 mil niños y niñas pasaban a 2° básico sin lograr un nivel adecuado de lectura, según datos del Plan Leo Primero del Ministerio de Educación de 2018. Tras el regreso a clases presenciales, los expertos coinciden en que el retraso en el proceso inicial de lectura es aún más significativo.
Los niños/as que cursan primero, segundo o tercero básico no están leyendo, menos con fluidez, por tanto, la consecuencia clara es que tampoco están entendiendo lo que leen. Un fenómeno que no es nuevo y que tiene graves consecuencias a la hora de adquirir nuevos aprendizajes.
De acuerdo con una encuesta aplicada por la OCDE y la Universidad de Harvard a 59 países, el aprendizaje durante el periodo de suspensión de clases presenciales sería en el mejor de los casos, solo una proporción de lo que los párvulos y estudiantes hubiesen aprendido en las escuelas, jardines infantiles y salas cunas.
Dada esta realidad, Fundación CMPC se propuso trabajar en el programa “Rescate Lector” para ayudar a visibilizar, junto a otras organizaciones como es el caso de Fundación AraucaníAprende, la urgencia de hacerse cargo de este tema, que amenaza con seguir profundizando la brecha educacional existente.
“Cuando el niño o niña logra la lectura automática de las palabras deja de centrar sus esfuerzos en decodificar y puede poner toda su atención en comprender. Leer abre el mundo del conocimiento, del aprendizaje para poder desempeñarse con éxito en el resto de las asignaturas. Leer es la puerta de inicio a otros aprendizajes”, explica la directora (s) de Fundación CMPC, Paola Reinares.
Pero, en los distintos niveles educativos, especialmente en los primeros años (sala cuna a 6° básico), el cierre de los establecimientos implicó la pérdida de un ambiente estimulante para los aprendizajes, así como de la interacción social con compañeros y profesores.
Para el director Ejecutivo de Fundación AraucaníAprende, Carlos Dreves, “el desafío que enfrentan docentes y directivos en sus escuelas es colosal, especialmente en los sectores más postergados de la sociedad. La pérdida de estos dos años de pandemia es enorme en las competencias lectoras, donde las brechas educativas se incrementaron”.
Pero el daño, continúa Dreves, “no solo es en aprendizaje, sino en el desarrollo integral de los estudiantes, porque en las fases tempranas del desarrollo -estudiantes de 6, 7 u 8 años- la escuela fortalece profundamente el crecimiento por medio de estimulación social, emocional e incluso biológica. Solo basta con observar que, puede ser la primera vez que un niño o niña que cursa segundo básico pise una sala se clases. Ellos no han aprendido a ser estudiantes, con todo lo que implica”.
TIPS PARA INCENTIVAR LA LECTURA
Este programa de rescate lector parte buscando que los padres, madres y/o cuidadores le pregunten a sus hijos/as: ¿Quieres leer conmigo? Porque uno de los mejores incentivos es que los adultos se transformen en un modelo lector para los niños/as, tanto leyendo solos como con ellos. A continuación te entregamos algunos tips: 1-Busca un espacio acogedor para que lean juntos y un momento adecuado, de tranquilidad y ánimo para compartir. |