Escribe: Rosemarie Junge Raby, rectora Santo Tomás Temuco.
El 5 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, recordando un hecho tan dramático, como la muerte de la mujer aymara Bartolina Sisa, quién fuera arrastrada por un caballo hasta morir en La Paz en 1782, condenada por luchar contra el colonialismo español, defendiendo los derechos de su pueblo.
Hoy deseo reconocer a las mujeres indígenas de los diferentes pueblos existentes en nuestro país, porque gracias a ellas se han podido mantener la cultura ancestral, sus lenguas, tradiciones y costumbres, tan necesarias para un país multicultural, donde no debemos perder ni olvidar nuestros orígenes. He de destacar a mujeres mapuches que también lucharon por su pueblo, como Janequeo, a quien no hemos resaltado lo suficiente en nuestra historia.
Pero también deseo reconocer algo que es inherente a todas las mujeres de nuestro país, que es la fortaleza para enfrentar, muchas veces solas, los desafíos diarios de cada una para sacar adelante a sus familias, como también su valentía para enfrentar los desastres naturales que nos golpean cada cierto tiempo y también la búsqueda constante del diálogo y la paz.
Por ello en nuestra Región de La Araucanía, somos las mujeres tanto indígenas, como no indígenas las llamadas a buscar soluciones a nuestros conflictos, porque ninguna mujer desea ver morir a sus hijos en hechos de violencia. Somos nosotras las que debemos propiciar el diálogo, como única alternativa para encontrar la tan anhelada paz.