Almagro es un pequeño poblado ubicado en las cercanías de Nueva Imperial, con grandes personalidades en el ámbito cultural, cuna de poetas, cantautores y artesanos.
A este último rubro pertenece la emprendedora Carmen Castillo, dueña de la Marca “Artesanía Carmen Eva”, creaciones confeccionadas con productos en desuso, que muchas personas suelen lanzar al fuego la basura, pero que ella rescata, les da forma y vida en diferentes creaciones como pájaros, nidos con barbillas de árboles podridos, flores o hermosos llaveros tejidos con lana de oveja, entre otros productos decorativos para el hogar.
Esta artesana llega en este rubro luego de ser parte de un curso realizado por la Municipalidad de Nueva Imperial, a cargo de la funcionaria Doris Huenuman, donde aprendió diferentes técnicas con materiales en desuso, como ramas de árboles y palos viejos lo que Carmen rescata con la paciencia de una artista que los transforma en algo útil.
“Llevo cinco años trabajando en la artesanía, luego que hice el curso, empecé hacer diferentes figuras en materiales que no sirven, ya que su destino es para el fuego o el basurero. Yo los rescato y le doy vida. Mis primeras creaciones las vendí acá en Almagro callejeadas o puerta a puerta, y luego empecé hacer y las vendí a negocios como algo decorativo… no me ha ido mal, gracias al alcalde de Nueva Imperial César Sepúlveda, he podido estar en diferentes ferias artesanales y he sido invitada a vender mis creaciones en el Hospital Intercultural, Centro Cultural, en la plaza de la comuna, gracias a eso se me abrieron puertas, tomé parte del curso Escuela de Emprendimiento para Mujeres”, comentó esta emprendedora.
“No puedo de dejar de agradecer a mi pareja, Pedro Quilaqueo, que traslada a todas partes y me ayuda en recolectar por el campo diferente productos, a mis cinco hijos, que están ayudando en todo, también a la Oficina de Turismo y Microempresa” concluye.
Si alguna persona se interesa en los productos en artesanía, puede comunicarse al teléfono 932056813, de la emprendedora Carmen Castillo.
Por Israel Sanhueza