Escribe: Jorge Rathgeb Schifferli, diputado de Renovación Nacional por La Araucanía y presidente Regional de RN.
Cuando uno quiere emitir un juicio de valor, hablar sobre determinados temas, en primer lugar debe pensar una y hasta dos veces lo que se dice, ya que en la aldea global en que nos estamos moviendo, todo queda registrado o guardado.
Por esta razón cuando algunos dirigentes, políticos o personas que hoy ostentan cargos públicos y hablaron de que tenían cierta superioridad moral comparativamente con sus antecesores, dan cuenta más de una arrogancia, prepotencia y poderes supremos que no son tales.
Los gobiernos que han pasado, todos, han tenido errores y aciertos, virtudes y defectos, buenas o malas, porque estar al mando de un país no es un juego, no es algo fácil y no existen manuales o teclas mágicas para solucionar todo de una vez.
Cuando vemos que existen investigaciones sobre la entrega de fondos a fundaciones ligadas a partidos políticos, precisamente de integrantes que pregonaban tener una estatura mayor que los de antaño, el discurso se cae y pierde toda validez.
Todos los que despotricaron contra lo que se hizo en el pasado, los que pisotearon al resto y creyeron o dijeron que eran o estaban más preparados, incluso mirando en menos al resto, hoy están pasando por momentos complejos y donde la receta que se les puede entregar es: pensar, ser humildes, dejar la prepotencia y recapacitar en cada uno de sus dichos y pedir disculpas.
Más allá de los pensamientos o corrientes ideológicas a las que uno pertenezca, lo primordial debe ser siempre el respeto por el resto y hoy algunos personeros de gobierno lo faltaron y a todos los chilenos, por creer que tenían poderes superiores que hoy se les están cayendo a pedazos en investigaciones que están recién comenzando.