Escribe: José Albuccó, académico Universidad Católica Silva Henríquez y creador del blog Patrimonio y Arte.
Este viernes 20 de noviembre se inaugurarán los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Santiago 2023, un espacio donde el arte y deporte se conjugan para dar forma al arte del cuerpo en movimiento, cuyos diversos signos y manifestaciones se pueden ver a lo largo de la historia de la humanidad.
Eventos deportivos de esta naturaleza tienen su origen en los juegos que cada año se celebraban en la ciudad griega de Olimpia, hacia el siglo VIII A.C. Allí se congregaban los mejores atletas de cada ciudad-estado para competir en honor a Zeus y los demás dioses del Panteón Olímpico. Tal era la relevancia de esta cita deportiva que se paralizaban las guerras y conflictos para dar paso a las distintas disciplinas y competencias, de las que hay huellas hasta el día de hoy a través de diversas obras de arte, como el Discóbolo de Mirón, escultura de un joven atleta desnudo lanzando un disco, la que significó un gran avance en la representación naturalista del cuerpo humano en su máximo esplendor.
Los Juegos Panamericanos son la principal cita deportiva de carácter multidisciplinario de nuestro continente. Su primera versión de llevó a cabo en Buenos Aires, en 1951, oportunidad en la que se disputaron 18 deportes. En 2023, en tanto, los espectadores podránn disfrutar de 58 deportes diferentes en los Juegos Panamericanos y de 17 en los Parapanamericanos. Junto con esta amplia oferta deportiva, el evento contará con una amplia cartelera de actividades y espectáculos artísticos, incluyendo cine, música, teatro, danza y fotografía. Además, en la ceremonia inaugural participarán Los Jaivas, Los Tres y Los Bunkers, tres de las mayores bandas del rock nacional de las últimas seis décadas.
La importancia de este componente artístico y creativo se refleja también en la mascota oficial de los juegos, Fiu, diseño que representa a una de las más hermosas aves de Chile, la “tachuris rubrigastra” o pájaro de siete colores, que habita en zonas de aguas bajas junto a totoras y juncos. Fue bautizada con el nombre de Fiu debido al sonido que emite cuando canta. Los siete colores de la figura representan fuerza, constancia, respeto, determinación, honestidad, compañerismo y pasión.
Además del arte, la política también es un componente central de esta y todas las grandes citas deportivas de la humanidad. A lo largo de la historia, estos eventos han sido instancias privilegiadas para legitimar proyectos políticos de distinto tenor, para limpiar la reputación de regímenes de diversa índole o para reafirmar la validez de sistemas políticos-económicos. Así como el reciente mundial de fútbol sirvió para que Qatar proyectara una imagen positiva ante el mundo, haciendo olvidar las violaciones a los derechos humanos en su territorio, durante el siglo XX los juegos olímpicos fueron unos de los principales escenarios de la guerra fría entre EE.UU. y la Unión Soviética, donde cada potencia quería evidenciar su superioridad ante su adversario por medio de la conquista de una mayor cantidad de medallas.
En otra escala, esta dimensión geopolítica también está presente en los juegos de Santiago 2023. A través de este evento deportivo nuestro país busca demostrarle al mundo que tiene la solvencia política, económica y deportiva suficiente para afrontar citas de gran envergadura internacional, cuestión que puede quedar en entredicho por el atraso en las obras, cuestionamientos al uso de los recursos entregados por el Estado y acusaciones de pago de favores políticos a través de la organización, entre otras denuncias.
Finalmente, los próximos Juegos Panamericanos también tiene un significado festivo. Prometen ser una instancia para soñar, jugar y ganar, una oportunidad invaluable para dejar una huella y un recuerdo memorable en nuestra población, un espacio para el encuentro fraterno entre los chilenos y chilenas y sus hermanos del continente americano al amparo de una de las principales manifestaciones culturales de nuestra sociedad: el deporte.