Escribe: Sol Kaechele Mellado, seremi de la Mujer y la Equidad de Género en La Araucanía.
Este 31 de agosto celebramos el segundo año de Chile para Todas, expresión del compromiso del gobierno del Presidente Gabriel Boric de avanzar con políticas concretas para mejorar la vida de todas las mujeres del país. En mi rol de Seremi de la Mujer y la Equidad de Género en La Araucanía, he tenido la oportunidad de observar de primera fuente los desafíos y avances de estas políticas en la región, en el testimonio de las propias mujeres. “Mi mamá me sacó adelante sola, sé cuánto le costó y cómo se tuvo que postergar, por eso es bueno que esto esté cambiando”, es un relato que se repite en las comunas. Por eso la Ley de Responsabilidad Parental y pago efectivo de pensiones alimenticias representa un paso crucial en la lucha contra la violencia económica. Esta política ha alivianado significativamente la carga de muchas mujeres que crían solas a sus hijos e hijas, enfrentando no solo desafíos financieros sino también la falta de apoyo por parte de los progenitores. Reconocer y abordar esta forma de violencia económica es esencial para garantizar una crianza digna y equitativa, y para comenzar a cambiar esta realidad. En nuestra región ya tenemos cerca de 4 mil cancelaciones, es decir, personas que han pagado o llegado a acuerdo de pago desde que, hace poco más de uno año, comenzara a regir esta ley.
En la difusión de la nueva Ley Integral 21.675, que estatuye medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia en contra de las mujeres en razón de su género, las mujeres de las provincias de Cautín y Malleco, desde lugares tan distantes como Pichi Pellahuen en Lumaco o sectores rurales en Renaico, han compartido diversas experiencias asociadas a historias de violencia que han marcado sus vidas, donde se observa un denominador común, que es también el espíritu de las nuevas normativas; saber que la violencia no es el destino de ninguna mujer, tal como lo señala siempre la Ministra de la Mujer, Antonia Orellana.
Hoy el consenso respecto del derecho a tener vidas libres de todo tipo de violencias para las mujeres, niñas y adolescentes ya no es un debate, es un mandato y por eso, resulta tan valioso escuchar cómo las mujeres, en su diversidad, reconocen en esta ley una legislación que avanza en protección y en el reconocimiento de 9 formas en que se manifiesta la violencia de género, entregando así más y mejores herramientas para su abordaje.
También, hemos puesto especial interés en grupos que históricamente invisibilizados, como las personas cuidadoras. En La Araucanía, así como en el resto del país, la mayoría son mujeres y su trabajo, aunque vital, a menudo pasa desapercibido. Es fundamental que estas políticas apoyen y valoren su contribución, garantizando que reciban el respaldo que merecen y por esto hemos impulsado diálogos, encuentros y actividades que sirven para nutrir la Política Nacional de Cuidados, con la mirada territorial de esta región, en la que durante 2024 contaremos con 7 Centros Comunitarios de Cuidados y protección. Contar con una ley que consolide el Sistema Nacional de Cuidados y también una reforma de pensiones, con foco en las mujeres, son desafíos pendientes en esta materia, donde esperamos contar con apoyos transversales.
Estos son solo algunos de los avances que han puesto en el centro la calidad de vida de las mujeres. También podríamos hablar de las leyes de conciliación, de 40 horas, Karin, de reparación, entre tantos otros.
Mirando hacia el futuro, el camino hacia una sociedad libre de violencia y más equitativa está lleno de posibilidades. Sin embargo, para que este avance sea completo, es necesario un compromiso colectivo. Cada uno de nosotros y nosotras tiene un papel crucial en esta transformación, a nivel de Estado y de sociedad civil. Participar activamente en nuestras comunidades, apoyar las políticas públicas y fomentar una cultura de igualdad y respeto son pasos fundamentales para construir un entorno más justo para todas las mujeres, niñas y adolescentes.