En Collipulli, cuatro de sus preciados patrimonios culturales han sido reconocidos como Monumentos Nacionales, un legado invaluable que requiere atención y conservación. Sin embargo, dos de ellos enfrentan un deterioro preocupante, poniendo en riesgo su valor histórico y cultural.
Uno de los ejemplos más destacados es el Convento Franciscano San Leonardo de Porto Mauricio, ubicado en la Avenida Stagno, en el tramo conocido como Camino a Angol, en la ruta 182. Este convento, de inmensa importancia para la comunidad, ha sido mencionado en varias oportunidades por su estado de abandono. Las paredes y estructuras muestran el paso del tiempo, y la falta de mantenimiento amenaza con perder un pedazo importante de la historia de Collipulli.
Otro de los monumentos en condiciones críticas es el edificio conocido como Casa Museo, que en su tiempo sirvió como sede de la Municipalidad de Collipulli. Construido entre 1917 y 1920, fue declarado Monumento Nacional bajo el Decreto 168 del 14 de mayo de 2009. Este edificio, que durante décadas fue el corazón administrativo de la comuna, hoy muestra signos visibles de desgaste. Hace aproximadamente una década dejó de funcionar como Municipalidad, y desde entonces no ha recibido el cuidado necesario para mantener su estructura en buen estado.
La comunidad y las autoridades locales enfrentan el reto de preservar estos monumentos, no solo por su valor arquitectónico, sino por el papel que juegan en mantener viva la memoria y la identidad de Collipulli. Si bien el reconocimiento como Monumentos Nacionales otorga a estos sitios una relevancia especial, también implica una responsabilidad compartida para asegurar su conservación.
La pérdida de estos monumentos significaría más que el deterioro de edificios, sería la desaparición de testimonios de una historia que aún palpita en las calles de Collipulli.
El edificio de la Casa Museo, refleja de manera alarmante los efectos del tiempo y la falta de mantenimiento. Hoy por hoy, su deterioro es evidente: las maderas de la estructura están desgastadas, las ventanas rotas permiten que el clima siga dañando el interior, y la ausencia de pintura deja expuestas las paredes al deterioro acelerado.
Dentro de este patrimonio aún se conservan objetos de gran valor histórico, incluyendo fotografías antiguas que documentan una época fundamental para la historia de Collipulli. El piano de la Agrupación Cultural de 1914 “Enrique Soro”.-Estos elementos, de innegable valor patrimonial, merecen ser resguardados en condiciones óptimas, pues representan la identidad y la memoria colectiva de la comuna.
Cada día que pasa, estos bienes patrimoniales corren el riesgo de perderse para siempre, lo que sería un golpe irreparable para la historia local.
El llamado que hace la comunidad en este contexto es claro y urgente: los organismos pertinentes deben actuar para preservar estos monumentos históricos.
Es imperativo que las autoridades locales y el Consejo de Monumentos Nacionales tomen cartas en el asunto, desarrollando proyectos de restauración y asignando los recursos necesarios para mejorar las condiciones de estos edificios históricos. Su relevancia no solo radica en su arquitectura o en los objetos que contienen, sino también en el hecho de que representan la memoria viva de Collipulli.
Sin una intervención oportuna, estos patrimonios corren el riesgo de quedar en el olvido, siendo víctimas del paso del tiempo y la falta de acciones concretas.
La preservación del patrimonio no es sólo una cuestión de cultura, sino de identidad y legado. Es necesario actuar hoy para evitar la pérdida de estos testigos de la historia que, en su deterioro, claman por atención.
Por Mario Grandón Castro