Productores de La Araucanía se reúnen al alero de Indap y se convierten en “faros” de una agricultura sustentable

Pequeños productores está transformando el modelo agrícola al apostar por prácticas agroecológicas que cuidan tanto la salud humana como el entorno natural

En los diversos parajes de La Araucanía, un grupo de pequeños productores está transformando el modelo agrícola al apostar por prácticas agroecológicas que cuidan tanto la salud humana como el entorno natural. Los predios de estos agricultores, que evitan el uso de agroquímicos y valoran las prácticas ancestrales, son conocidos como “Faros Escuelas Agroecológicas” por iluminar el camino de sus pares hacia una producción más sostenible.

Durante tres días de esta semana, en el Centro Experimental Maquehue de la Universidad de la Frontera, Indap convocó a estos productores para dialogar sobre el futuro de la agroecología y la adaptación al cambio climático. La actividad reunió a más de 80 “faros” de las provincias de Malleco y Cautín, quienes compartieron conocimientos y fortalecieron redes de trabajo sustentable. Katherinne Schuster, jefa de la Sección de Sustentabilidad de Indap Araucanía, subrayó el compromiso institucional en apoyar la transición agroecológica y trabajar de la mano con los productores para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de la región.

La profesional añadió que, tras dos años de instaurar este modelo en La Araucanía, ya existen 88 “Faros Escuelas Agroecológicas” que sirven como referencia en cada comuna. Estos predios se caracterizan por sus prácticas sin agroquímicos, basadas en una visión integral del territorio y en la preservación de la biodiversidad. “Estos faros irradian luz hacia otros agricultores. No buscan sólo rentabilidad, sino trabajar en equilibrio con la naturaleza”, añadió.

En el evento, Patricio Camoglino, del equipo regional de Agroecología de Indap, enfatizó que el objetivo principal es formar una red regional de sostenibilidad con los Faros Agroecológicos como base. Para muchos de estos productores, la agroecología representa una resistencia frente a la agricultura convencional de gran escala, que predominó durante las últimas décadas y que incentivaba el monocultivo y el uso intensivo de productos químicos. Hoy, estos agricultores buscan transmitir sus conocimientos para que otros se sumen al camino de una agricultura ecológica, económica y adaptada al cambio climático.

UNA MIRADA AL FUTURO DESDE LAS EXPERIENCIAS LOCALES

Héctor Marileo, agricultor de Cholchol y participante del encuentro, destaca por su compromiso en la transición a un modelo sin químicos. “Inicié hace un año, al ver cómo la aplicación de agroquímicos afecta a la salud y a la biodiversidad. Ahora vendo en Galvarino productos como lechugas y tomates, todo orgánico, y mis clientes lo valoran”, relató Marileo, quien considera estos encuentros como una oportunidad para intercambiar ideas con otros productores.

Por su parte, Rosa Toro, agricultora y apicultora de Temuco, lleva años manteniendo prácticas sustentables en su predio. “Desde pequeña aprendí a cuidar la tierra, sin destruir el bosque ni abusar de la tierra. Ahora, como faro agroecológico, he implementado forraje floral sin químicos para mis abejas y planto árboles nativos para proteger el suelo. Quiero que mis vecinos vean que se puede producir sin dañar”, comentó Toro.

UN CAMINO EN CONSTRUCCIÓN

Para los agricultores de La Araucanía, ser un Faro Agroecológico no es solo un título, sino un compromiso profundo con la tierra y las futuras generaciones. Estos encuentros refuerzan la visión compartida de que la agroecología es posible, rentable y necesaria. Indap y los productores reconocen que aún existen desafíos, desde la disponibilidad de insumos sostenibles hasta el apoyo técnico, pero la creación de redes de apoyo es un paso clave para fortalecer la resiliencia de estos sistemas productivos y promover la agroecología en la región.

En Indap subrayaron que La Araucanía sigue consolidándose como un referente en la producción agroecológica, y los Faros Escuela Agroecológicas continúan marcando el rumbo hacia una agricultura sostenible, en armonía con el medioambiente y la cultura local.