En el marco del compromiso por revitalizar la agricultura familiar campesina, se llevó a cabo el tercer Encuentro de Jóvenes Rurales de la Araucanía, una iniciativa impulsada por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap).
Este encuentro, según Pablo González, director de Indap Araucanía, tiene como objetivo fortalecer el liderazgo de los jóvenes en el ámbito agrícola, promoviendo una agricultura sustentable y adaptada a las nuevas tecnologías.
Este evento forma parte de una serie de encuentros que comenzaron en noviembre del año pasado, marcando un hito con el primer diagnóstico regional sobre las necesidades y proyecciones de los jóvenes rurales. Desde entonces, se han creado instancias como la Mesa Regional de Jóvenes Rurales y mesas locales, las cuales buscan fomentar la participación activa de esta generación en el desarrollo agrícola.
Uno de los aspectos destacados en el encuentro fue la transformación de los jóvenes rurales en comparación con generaciones anteriores. Según González, a diferencia de sus abuelos, quienes muchas veces permanecieron en el campo por necesidad, los jóvenes actuales eligen quedarse en el mundo rural de manera consciente, motivados por una vocación vinculada al medio ambiente, la agroecología y la innovación.
El director de Indap destacó que de los 150 jóvenes que participaron en el primer encuentro, el 43% tenía formación técnica o universitaria completa, evidenciando un perfil más capacitado y conectado con las demandas del siglo XXI. Esto contrasta con la realidad de décadas pasadas, cuando los jóvenes agricultores enfrentaban condiciones sumamente precarias donde la vida en el campo era porque no existían otros medios de subsistencia, mientras que hoy en Chile, la gran mayoría de los jóvenes agricultores ejerce esta actividad como una opción de vida totalmente voluntaria, buscando una mejor calidad de vida para ellos y sus familias, en un ambiente rural, alejado del bullicio de las ciudades.
DESAFÍOS PENDIENTES
El encuentro también abordó el papel del Estado en la creación de políticas públicas más inclusivas y actualizadas. Programas como Mi Primer Negocio Rural, lanzado en 2022, buscan atender las necesidades de esta población. Sin embargo, González subrayó que aún falta mucho por hacer, especialmente en términos de recursos y en la discusión presupuestaria a nivel nacional.
“Hoy en día existe una mayor preocupación por parte del Estado hacia los jóvenes rurales, algo que no se había visto en administraciones anteriores. Pero todavía necesitamos avanzar más, escucharlos y adaptar nuestras políticas a sus realidades”, concluyó.
Pablo González también subrayó que La Araucanía, con más de 9.400 jóvenes rurales vinculados al programa de Indap, se posiciona como un ejemplo de cómo el relevo generacional puede transformar el campo en un espacio de oportunidades.
El encuentro contó con la participación de destacados expositores. Eduardo Cerda, exdirector de la Dirección Nacional de Agroecología de Argentina, quien viejo desde ese país para compartir la experiencia trasandina en el desarrollo de prácticas agroecológicas, resaltando la importancia de los “faros agroecológicos” y el trabajo conjunto con municipios y productores.
“Me han comentado sobre la existencia de faros agroecológicos y la labor del Indap, lo cual me parece muy interesante. Es alentador ver cómo los jóvenes están comprometidos con quedarse en el campo y producir de manera sostenible”, afirmó.
Cerda destacó el crecimiento de la agroecología en Argentina, donde ya hay más de 2.000 productores dedicados a esta práctica y una fuerte colaboración entre municipios y comunidades para agregar valor a los productos agrícolas. “En provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Misiones, hemos visto importantes avances, desde la reconversión de cultivos hasta el desarrollo de maquinaria especializada”, comentó. Además, mencionó proyectos destacados en la Patagonia y otras regiones que están logrando un impacto positivo en sus territorios.
Durante el encuentro, el especialista manifestó la importancia de la cooperación internacional para enfrentar desafíos comunes en el ámbito rural. “Al estar en contacto con experiencias como las de La Araucanía, podemos aprender mutuamente y fortalecer nuestras redes. Los jóvenes son fundamentales para construir un modelo agrícola que no solo sea sostenible, sino también económicamente viable para las comunidades”, explicó.
Cerda concluyó su intervención alentando a los jóvenes a seguir innovando y utilizando herramientas como la agroecología para potenciar el desarrollo rural. “La clave está en combinar los conocimientos ancestrales con las tecnologías modernas, siempre pensando en el bienestar de nuestras comunidades y en la preservación del medio ambiente”.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Por su parte, Rodrigo Carrillo, consultor en inteligencia artificial, presentó herramientas tecnológicas aplicadas al ámbito rural. Carrillo destacó cómo la inteligencia artificial puede convertirse en un aliado clave para los jóvenes rurales, permitiéndoles optimizar procesos, acceder a conocimientos y desarrollar proyectos innovadores. “La idea es que los jóvenes puedan utilizar la inteligencia artificial como un asesor técnico en sus emprendimientos, ayudándolos a afrontar desafíos y potenciar su desarrollo”, comentó.
El experto manifestó que el uso de esta tecnología puede ayudar en innumerables aspectos a los jóvenes campesinos, desde la búsqueda de información, hasta obtener asesoría especializada en forma paralela a la que reciben en las capacitaciones.