En la tarde de este martes, el Comité de Evaluación Ambiental aprobó la construcción de la central de paso Hueñivales, en la ribera del río Cautín, aproximadamente a cinco kilómetros al sur de la ciudad de Curacautín, y contará con una potencia instalada de 15,5 Megawatts y un caudal de diseño de 60 m3/s.
Su capacidad de generación media anual será de 86 GWh aproximadamente y tendría un costo de 50 millones de dólares.
Por unanimidad (cinco de ellos condicionados), el comité de evaluación medioambiental del gobierno regional, compuesto por los miembros del gabinete de secretarios regionales ministeriales que tienen competencia ambiental (nueve en total), más la directora del Servicio de Evaluación Ambiental, SEA, Andrea Flies y el intendente de La Araucanía, Jorge Atton, dieron luz verde al proyecto, pero todavía las comunidades tienen instancias de apelación.
RECHAZO
Este proyecto, desde que se conoció el año 2016, nunca ha contado con el respaldo de las comunidades mapuches aledañas, quienes han ejercido una fuerte oposición de quienes ven como un peligro ambiental y social el desarrollo en el desarrollo de la central.
Así lo manifestaron mediante un comunicado público las comunidades que habitan en la zona de Curacautín, como Benancio Huenchupán (Lof Hueñivales), comunidad Quilape López (Lof Folilko) y la comunidad Liempi Colipi (Lof Kontué), quienes han demandado que “nuestra voz y pensamiento sean escuchados, considerados y respetados por las autoridades del Estado chileno que decidirán sobre este proyecto”.
Asimismo, las comunidades expresan su rotunda oposición al proyecto Central Hidroeléctrica Hueñivales, “porque representa el inicio de la fragmentación del río Cautín, y como consecuencia, la alteración de todo lo que vive en su entorno, a lo largo y ancho de su recorrido”.
Frente a esto, y a la votación a favor de la construcción de la hidroeléctrica por parte del comité medioambiental del gobierno regional, el senador Jaime Quintana, se sumó a la voz de las comunidades ancestrales del territorio, afirmando que “el desarrollo no puede ser a costa de las comunidades y del medioambiente. Nuestra región, y en particular la zona de Curacautín, tiene paisajes y una belleza escénica que hay que resguardar, así como comunidades que han habitado por siglos ese territorio y que deben ser las primeras en ser escuchadas”.
Finalmente, Quintana, lamentó la votación unánime en Intendencia, afirmando que “es hora de entender que el pueblo mapuche tiene su propia cultura, su cosmovisión. Sus valores ancestrales trascienden las posesiones materiales. El respeto a la Ñuke Mapu o madre tierra, son valores del pueblo mapuche, es su riqueza y no podemos violentarla”.