Yonathan Hernández es un joven de Las Hortensias, una pequeña localidad ubicada a 11 kilómetros de Cunco. Hasta que comenzó la pandemia del covid-19 trabajaba en el rubro turístico en Santiago, pero la detención de las actividades económicas en su área provocó que terminara cesante, por lo que decidió regresar a su tierra.
Estando en Las Hortensias, se percató que continuaban como siempre los graves problemas de aislamiento y abandono que ha sufrido históricamente su localidad, pero esta vez había un agravante: la pandemia amenazaba la salud de sus habitantes.
Dice sin tapujos que las viviendas de la localidad no poseen alcantarillado, tampoco existe pavimentación en la mayoría de las calles, no hay farmacia, supermercado ni tiendas donde se encuentre algo más allá de abarrotes básicos, por lo que constantemente deben estar viajando a Cunco o a Temuco para abastecerse de los más diversos artículos.
El fantasma del coronavirus era un problema que cada día preocupaba más a los habitantes de Las Hortensias, y según cuenta, más allá del municipio de Cunco, no vieron otras autoridades ni estamentos públicos que se hayan trasladado hasta su localidad para prevenir los contagios ni averiguar sobre los graves problemas económicos por los que atravesaban sus vecinos ante la pandemia.
Cierto día, en medio de un carrete con amigos, surge espontáneamente la idea de crear un comité de emergencia local y de inmediato recibe el apoyo de su pareja y amistades, quienes se dan a la tarea de planificar las acciones a seguir, contactar servicios públicos y primero que nada, recorrer absolutamente todas las casas del pueblo para catastrar a los vecinos y conoces sus necesidades.
Resalta que fue emocionante el apoyo recibido por niños, jóvenes y adultos a su iniciativa, logrando movilizar a su localidad en este comité y reunir la información necesaria para comenzar a ayudar.
“Logramos hacer un catastro completo de la localidad, cuántas personas vivían en cada casa, cuántos adultos mayores, cuántos tenían algún tipo de patología y logramos tener una visión muy detallada gracias a este puerta a puerta”, relata Yonathan.
El principal problema que detectaron es que no existe acceso a las redes sanitarias, como también muchas familias tenían dificultades para abastecerse de víveres a causa de que eran personas de la tercera edad. “Diría que un 40 a 50% de los habitantes de esta localidad son personas de la tercera edad y había muchos problemas también para calefaccionarse y sanitarios. Si servicios como los de Desarrollo Social hicieran su trabajo, se darían cuenta que estos problemas no son de ahora, sino realidades que vienen desde hace años”, explica.
RECORRIDOS A PIE SANITIZANDO CON BOMBAS MANUALES
En abril, mayo y junio, estos jóvenes veían aumentar los casos de covid-19 en Cunco y en la región completa, mientras a través de los medios de comunicación miraban que en otras ciudades del país, los municipios contaban con maquinaria que recorría las calles sanitizando y eso no ocurría en Las Hortensias, por lo que consiguieron que les donaran el líquido y fueron los propios jóvenes de la localidad quienes salían a pie todas las noches con bombas manuales de espalda a desinfectar las calles, una labor que recuerda, fue inédita en su zona y que demuestra el compromiso de los vecinos por vivir en un lugar mejor.
Otro de los problemas de la localidad fue la casi desaparición del transporte público, ya que la mayoría de los recorridos a Freire y Cunco dejaron de pasar, lo que obligó a los lugareños a solicitar ayuda de vecinos de buena voluntad con automóviles o camionetas, para que los acercaran a Cunco a hacer sus compras y se formó una cadena solidaria de apoyo.
“Si antes la locomoción no era buena, con la pandemia quedamos sin buses que nos acercaran a Cunco o Temuco a abastecernos, porque en Las Hortensias no tenemos supermercado, farmacias, bencineras ni nada de esas cosas”, recuerda.
EFICAZ LABOR PREVENTIVA
Una de las principales tareas que realizó este comité de emergencia fue que a falta de autoridades en materia de salud que llegaran a orientarlos al pueblo, los jóvenes elaboraron su propio material informativo que recolectaron a través de canales oficiales del Ministerio de Salud y confeccionaron folletos que repartieron casa por casa y abrieron páginas en redes sociales con información preventiva del covid-19, como también recorrieron viviendas efectuando esta labor informativa.
Asimismo, efectuaron trazabilidad de las familias, sabían dónde se desplazaban las personas y con quienes tenían contacto, información que mantenían lista en caso de que apareciera un brote de covid-19 para entregarla a quienes debieran efectuar los tratamientos y que de esta forma no se perdiera tiempo valioso realizando esa labor técnica.
El resultado de este despliegue informativo y preventivo los mantiene orgullosos: hasta la fecha del presente reportaje, Las Hortensias no ha reportado casos de covid-19 desde el comienzo de la pandemia. “Ese era nuestro primer objetivo y nos funcionó, la gente se tomó en serio nuestra información y agradecemos que los habitantes de la localidad hayan tomado los resguardos y hayan protegido a sus familias. Somos una de las pocas localidades de la región que no ha registrado casos del virus”, cuenta.
Consiguieron una sede social, se comunicaron con el municipio de Cunco para que les entregara ayuda y armaron cajas con alimentos, las que unieron a las cajas que entregó el Gobierno y colaboraron en su distribución a las familias más vulnerables. “La gente lo pasó mal con esta pandemia. No es algo que nos hayan contado, lo vimos con nuestros propios ojos, la gente agradecía cualquier ayuda que les llegaba, tanto de particulares como del Gobierno y del municipio”, subraya, agregando que “fuimos la voz de muchas personas e hicimos el nexo entre quienes requerían ayuda y los contactamos con las autoridades que correspondían. En ningún caso nos negamos a seguir con el conducto regular, sino más bien hicimos las derivaciones y eso permitió solucionar una serie de otros problemas sociales y cuando veíamos que esa ayuda no llegaba, ahí recién comenzábamos a buscar soluciones a través de los particulares”.
Hasta hoy, estos jóvenes funcionan como comité de emergencia en la sede social que les facilitaron y allí nacieron muchas de las ideas solidarias. “Agradecemos a muchas personas que nos ayudaron en esta cruzada, como por ejemplo Claudio García y su hija, Vicky Ramírez, Leonardo García y así muchos vecinos que de una forma u otra nos ayudan y participaron de este grupo y regalaron su tiempo, además de arriesgar su salud y la de sus familias por salir a ayudar gratuitamente a la comunidad”, manifestó Yonathan, quien recalca que el comité continúa activo, listo a colaborar donde se les necesite.
MENSAJE A LAS AUTORIDADES
Tras venir realizando durante más de seis meses una labor que bien debiera haber asumido el nivel gubernamental, el mensaje que envía Yonathan y su grupo a las autoridades nacionales es claro: “Deben ver la realidad que viven los distintos pueblos. Sé que no es fácil porque las comunas son grandes, pero hay departamentos que no funcionan como deberían. Después de recorrer casa por casa y realizar esta labor, veo que los servicios de desarrollo social no han hecho su trabajo y ahí parte todo. El Ministerio de Desarrollo Social debe percatarse de la realidad gente y si hicieran su trabajo, estarían al tanto de las necesidades de este pueblo y las autoridades regionales podrían tomar cartas en el asunto”, como también llamó al municipio a ser más proactivo en el ámbito del desarrollo de la localidad.
Ahora, Yonathan sueña con quedarse en su localidad y que exista un verdadero desarrollo turístico de toda la zona. Junto a su pareja esperan un hijo y tienen planes de algún día comenzar su propio emprendimiento turístico, aprovechando las incontables bondades de La Araucanía, “eso mejoraría la calidad de vida de la gente y en eso estamos trabajando, también potenciar la cultura mapuche y que desarrollen su cultura y gastronomía en el ámbito turístico”, puntualiza.
