Este domingo, en el cementerio Monteverde de Temuco se desarrollaron los funerales del cabo de Carabineros Eugenio Nain Caniumil, de 24 años de edad, fue emboscado y asesinado con disparos en plena Ruta 5 Sur, en la mañana del viernes en el sector de Metrenco, cuando concurrió a verificar una barricada que levantaron encapuchados tras un desalojo.
La familia del joven policía, que deja dos pequeños hijos, relató que hace pocos meses había solicitado su traslado a la Segunda Comisaría de Temuco, con la finalidad de estar más cerca de su familia y destacaron que no solamente pertenecía a la etnia mapuche, sino también es descendiente de un lonco.
El cortejo salió desde la Escuela de Formación Policial de Las Quilas, en cuya salida lo esperaba le rindió honores una delegación del Cuerpo de Bomberos de Temuco y numerosas personas, pese a la cuarentena producto del covid-19, salieron espontáneamente a las calles –algunos incluso entre lágrimas- para rendir homenaje al carabineros y también para manifestar su repudio al clima de violencia que afecta a La Araucanía.
CRÍTICAS AL ALTO MANDO
En el sepelio no estuvo presente el alto mando de Carabineros, producto del malestar de la familia del fallecido por lo que consideran un nulo apoyo de las autoridades policiales al trabajo que desarrolla el personal subalterno, el que declararon, se encuentra “abandonado” en sus labores de combate contra la delincuencia, lo que fue ratificado por algunos ex funcionarios de la institución que asistieron a la última despedida del mártir.
El general director de Carabineros, Mario Rozas, participó del responso en la capilla, pero luego se restó de ir al cementerio. Dijo tener “sentimientos encontrados” y prometió trabajar duro para encontrar a los responsables del asesinato.