Escribe: Teresa Bovet Bahamonde, jefa de carrera Tecnología Médica Universidad Santo Tomás.
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana, más conocido como VIH, es el agente causal del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Nuestro país no ha estado ajeno a este flagelo y ha establecido guías clínicas de manejo, campañas de prevención, mesas de trabajo regionales, todo con la finalidad alcanzar la meta propuesta por la OMS para el 2020, que, en el año 2016, mediante la Declaración Política de la Asamblea General de las Naciones Unidas instó a los países a poner fin al SIDA, comprometiéndolos a alcanzar los objetivos 90-90-90. Su propósito era, para finales de 2020, haber acercado las pruebas del VIH y el tratamiento a la gran mayoría de personas que viven con el virus, de tal manera de tener diagnósticas al 90% de las personas que viven con VIH, de ellas, al 90% en tratamiento antirretroviral y así, lograr que el 90% de ellas alcanzara niveles indetectables del virus en su organismo.
Lamentablemente, esas metas no se han alcanzado, por diferentes motivos, y la pandemia de COVID-19 solo ha venido a impactar aún más la respuesta al Sida y podría deteriorarla aún más.
El Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, es el día en que el mundo entero se une en un esfuerzo común destinado a aumentar la conciencia sobre el VIH y expresar la solidaridad mundial con las personas que viven con él. Se conmemoró por primera vez el 1 de diciembre de 1988. Desde ese momento el progreso en materia de prevención y tratamiento de la infección por el VIH ha sido extraordinario. Hay medicamentos para combatirla que ayudan a las personas seropositivas a tener una vida larga y saludable y prevenir la transmisión del virus.
En el mundo, más 38 millones de personas viven con el virus, y deben hacerle frente no solo a la amenaza de padecer la enfermedad, sino también, a soportar muestras de discriminación por parte de la sociedad, que aún no entiende que esta enfermedad nos afecta a todos.
Solo el año pasado en Chile se notificaron 5.160 nuevos casos por VIH/SIDA. De ellos, 183 corresponden a personas que viven en nuestra región.
Santo Tomás de Aquino señalaba que el hombre es un ser compuesto de cuerpo y alma y, por lo tanto, la salud corporal es un bien que involucra ambos aspectos. La ciencia puede aportar al bienestar del cuerpo, nuestras acciones pueden aportar al bienestar espiritual. Este 1 de diciembre recordemos a nuestros amigos, conocidos, pacientes fallecidos por esta enfermedad, pensemos en todas las personas que viven con VIH y, aunque sea a distancia, enviémosle toda la energía que necesitan para enfrentar su día a día con optimismo. Seamos responsables, y hagámonos el examen. En el servicio de salud público es gratuito. Seamos responsables con nosotros mismos y con los demás.
Que este 1 de diciembre marque un antes y un después en nuestra forma de comprender y enfrentar al VIH, dando sentido al lema de este año: Solidaridad mundial, responsabilidad compartida.