Escribe: Víctor Silva Vargas, director carrera Tecnología Médica, Universidad Santo Tomas Temuco.
La infección conocida como Viruela del Mono, detectada en 1958 en simios de laboratorio, es una enfermedad endémica presente en la selva tropical de algunos países de África central y occidental. Sin embargo, en estas últimas semanas ha acaparado la atención del mundo científico, clínico y de autoridades sanitarias debido a la detección de más de 550 casos confirmados en 30 países de varios continentes al 31 de mayo del presente. La Organización Mundial de La Salud – OMS ha declarado este brote como alta prioridad.
La viruela del mono es una zoonosis causada por un virus que afecta o vive en algunos animales como roedores, lirones y monos, entre otros. Este virus puede infectar a humanos cuando las personas entran en contacto directo o con fluidos biológicos contaminados, tanto de animales como de otras personas infectadas con la viruela del mono, así como contacto con ropa, toallas y utensilios contaminados. También una mujer embarazada lo puede transmitir al feto.
Las personas que se infectan con este virus presentan dolor de cabeza intenso, fiebre, dolores musculares, dolor de espalda, cansancio, inflamación de ganglios linfáticos y erupciones o lesiones en la piel, siendo éstas últimas características de esta enfermedad. A diferencia de otras infecciones virales que producen erupciones cutáneas, la viruela del mono genera lesiones también en la cara, palma de las manos y planta de los pies. Las erupciones cutáneas se inician como manchas rojas y planas que luego se convierten en ampollas, entre el primer al tercer día de comienzo de la fiebre. Las lesiones cutáneas presentan material sero-purulento en su interior y hoy son la muestra clínica de elección para confirmar el diagnóstico en el laboratorio, ya que dicho material biológico, presenta gran cantidad de virus.
La infección dura entre dos a cuatro semanas y los síntomas desaparecen sin tratamiento específicos. Los niños y personas con enfermedades inmunodebilitantes, pueden tener síntomas más graves y según la OMS entre el 3 al 6% de los casos pueden fallecer por esta infección. Las personas que recibieron la vacuna de la viruela humana, estarían mejor preparadas para responder a esta infección.
Este es un brote importante que preocupa a las organizaciones internacionales de salud, autoridades sanitarias y científicos. Los países con pacientes afectados y los países vecinos están trabajando junto a la OMS para aplicar protocolos de vigilancia, diagnóstico, manejo clínico y epidemiológico de los casos sospechosos y confirmados, para evitar la expansión del brote y facilitar el control de esta. En Chile, el Instituto de Salud Pública – ISP ya cuenta con un protocolo molecular para la detección por PCR y confirmación por secuenciamiento del ácido nucleico del agente etiológico de la viruela del mono, entregando resultado en al menos 48 horas.