A partir de hongos entomopatógenos desarrollan control para plaga en berries

Las ventajas en su uso quedaron reflejadas en la “Evaluación de impacto del uso de hongos entomopatógenos para el control de cabrito de la frambuesa (Aegorhinus superciliosus) en berries en la macrozona centro-sur del país”,

¿Puede un microorganismo llegar a reemplazar un producto químico en el control de plaga agrícola?. Cabe destacar que siempre han existido organismos microscópicos, tales como hongos, bacterias, virus, nemátodos, entre otros, los que parasitan a larvas e insectos adultos, en un proceso llamado a establecer equilibrios en los ecosistemas.

En ese contexto, la ingeniera agrónoma y encargada de la producción masiva de hongos entomopatógenos, María Esperanza Sepúlveda, comentó: “Hace casi tres décadas INIA (Instituto Investigaciones Agropecuarias del Ministerio de Agricultura de Chile) apostó al estudio de los hongos entomopatógenos, como una forma de tener una opción amigable con la naturaleza en el control de plagas agrícolas. Nos dedicamos a identificar cuál era la cepa que parasitaba distintas plagas de importancia agrícola”.

De este modo, Sepúlveda se refiere a la planta ubicada en el centro del INIA Quilamapu, comuna de Chillán, donde funciona desde 2008 el Centro Tecnológico de Control Biológico y donde trabajan 20 investigadores en esta disciplina.

Según se explicó, uno de los principales desafíos del sector frutales, es el control de las plagas que generan daños al sector productivo exportador, como el cabrito de la frambuesa, cuyo combate químico, además de ser ambientalmente cuestionado, ha demostrado ser altamente ineficiente, ya que no es capaz de llegar a los lugares donde se refugia el insecto.

En lo que evaluaron como una forma más eficiente y efectiva de control, investigadores de INIA Quilamapu identificaron, entre más de 800 cepas, al hongo Metarhizium anisiopliae (cepa Qu-M430), que de manera natural parasita y mata a cabritos de la frambuesa. Realizados los ensayos y desarrolladas las formulaciones con las dosis exactas para aplicar en una hectárea, este hongo entomopatógeno se ha utilizado en los últimos 16 años en más de seis mil hectáreas de frambuesas y arándanos, entre las regiones del Maule y de Los Lagos.

EVALUACION

Las ventajas en su uso quedaron reflejadas en la “Evaluación de impacto del uso de hongos entomopatógenos para el control de cabrito de la frambuesa (Aegorhinus superciliosus) en berries en la macrozona centro-sur del país”, elaborado por el Área de Evaluación de Impacto, Unidad de Planificación, Seguimiento y Evaluación (UPSE) de INIA.

Este estudio determinó que la aplicación de estos hongos, fue positivamente valorada por los productores, además de generar un aumento en sus ingresos, especialmente en la Agricultura Familiar Campesina (AFC).

El mayor daño del cabrito de la frambuesa se genera en su estado de larva, momento en que genera galerías en las raíces de las plantas, que luego se sellan con el mismo aserrín, lo que impide la llegada de productos químicos. Con ello, se estima que las pérdidas causadas por este insecto oscilan entre 10 % y 40 % de la producción por temporada.

“La percepción de esta tecnología, por parte de los agricultores de la zona centro sur, ha cambiado mucho con el tiempo -dijo la investigadora del centro “Quilamapu” del INIA, María Esperanza Sepúlveda, agregando- En las primeras charlas -para promocionar su uso-, la dificultad era que los productores asimilaran que se podía controlar plagas con microorganismos, porque para ellos todo lo que fuera hongos era dañino y, por lo tanto, había que eliminarlos. Lentamente comprendieron que el hongo controlaba a la plaga.”

La profesional destacó que ahora están mucho más dispuestos “no solo en el uso de los hongos, sino también en monitorear e incluso identificar sus propias plagas”.

Algo similar ocurrió en la Región del Maule, donde la investigadora del centro del INIA «Raihuén», Carmen Gloria Morales, ha liderado por años la extensión y transferencia tecnológica en arándanos y frambuesas. En tal sentido, destacó que el uso de hongos entomopatógenos, principalmente en la pequeña agricultura, fue incrementándose con el tiempo, en especial cuando los productores se percataron que “iba bajando la presencia de larvas y de insectos adultos en primavera”. Agregó que fue complejo regularles la ansiedad, porque “al hacer uso de nuevas tecnologías bajo acción directa de la naturaleza, querían respuestas rápidas, similar a las obtenidas ante un control del tipo químico”.

HONGOS

La ingeniera agrónoma señaló que lo más fácil fue la aplicación de los hongos, cuya solución pulverulenta se suspende en agua desmineralizada y se aplica con bomba de espalda en raíces y follaje. “Es relativamente sencillo y muy seguro, tanto para ellos o ellas, como para sus familias”, lo que resulta muy importante para la agricultura familiar, donde los huertos de frambuesa ocupan superficies de un cuarto de hectárea, y muy cerca de las casas.

Morales enfatizó que más del 30 % de los productores, y con tendencia al alza, está consciente de las ventajas de utilizar hongos entomopatógenos. “Cada vez son más los productores que están ingresando en este sistema, lo que se debe a que cuando usas químicos, el efecto de estos no llega a profundidades donde se encuentra la mayor presión de las larvas. Los hongos entomopatógenos tienen una movilidad alta a nivel del suelo, lo que les permite llega al lugar donde se encuentra el mayor número de larvas, esto es 20 o 30 centímetros mientras que el producto químico no supera los 2 centímetros de profundidad”.

El estudio “Evaluación de impacto del uso de hongos entomopatógenos para el control de cabrito de la frambuesa (Aegorhinus superciliosus) en berries en la macrozona centro-sur del país”, está disponible en el siguiente link

 

Por Sergio Peña Herrera.