Un día después de que el Gobierno anunciara que las primeras diligencias no revelaban intervención de terceros en el incendio que devastó la vivienda de un matrimonio en Angol, donde fueron encontrados los propietarios calcinados, el caso tomó un giro inesperado. Contrariamente a lo afirmado inicialmente las evidencias halladas en el sitio del suceso apuntan a que las muertes se produjeron como resultado de la intervención de terceras personas.
El fiscal de Alta Complejidad, César Schibar, confirmó que la pareja de adultos mayores fue atacada con un arma blanca antes del incendio que destruyó su hogar, donde los atacantes dejaron diversas manchas de sangre en la propiedad.
Silvia Aravena Escalona y Francisco Castro Beltrán, un reconocido matrimonio del sector rural de Lolenco, al oriente de Angol, habrían sufrido amenazas, según denunciaron sus familiares. Además, señalaron que otros vecinos ya habrían sido objeto de ataques brutales.
Sin embargo, el fiscal aclaró que no se habían presentado denuncias formales de amenazas por parte de las víctimas y que la hipótesis que manejan sugiere que este caso no estaría vinculado a los incidentes de “violencia rural” que son comunes en esa zona de La Araucanía, planteamiento con el que dijeron no estar de acuerdo los familiares del matrimonio asesinado.