En 1998 en la cumbre del Cerro Ñielol, 47 ciudadanos de Temuco entre los cuales se cuentan profesionales, empleados públicos y universitarios, se pusieron de acuerdo para proteger la naturaleza del sector creando la primera unidad de la capital de La Araucanía especializada en incendios forestales.
A 20 años de tan significativo hecho, la brigada espera pronto convertirse en la décimo tercera compañía de bomberos de la ciudad. Y si hay algo que destaca a la brigada es que han logrado motivar a varias mujeres a integrar sus filas para un trabajo que físicamente puede ser más duro que él de un incendio tradicional. Como lo comenta Jennifer Pérez, estudiante de quinto año de Ciencias Políticas: “A mí me gustó lo que era forestal y el trabajo en equipo que se realiza. Hay que tener una buena condición física ya sea para salir corriendo o para llegar más rápido, como también dependemos mucho de las condiciones climáticas: viento, calor, temperatura, humedad y eso es muy cambiante durante una hora o un segundo”.
Hoy la brigada está en la búsqueda de nuevos integrantes, los necesitan para convertirse a futuro en una compañía, pero también para proteger el cerro y otras áreas naturales de la región. En el año 2000 fueron capacitados por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), organismo del cual además recibieron material especializado. Así pasaron otros 5 años hasta que el Cuerpo de Bomberos de Temuco finalmente reconoce a la brigada como la unidad especializada en incendios forestales, pero sin la denominación de compañía.
“Desde el 2005 comenzamos a operar como integrantes del Cuerpo de Bomberos de Temuco, antes de eso solo manejábamos un furgón que tenía herramientas, bombas de espalda y uniformes que nos había entregado CONAF”, cuenta Erich Lisperguier, capitán de la brigada. Hoy cuentan con dos carros, uno específico para incendios forestales y otro aljibe de 16 mil litros que les permitirá también adquirir la especialidad de abastecimiento.
De la fundación algunos nombres se mantienen, entre ellos el de Aner Padilla, ex presidente de la Corte de Apelaciones de Temuco, hoy es él Director de la Compañía. “Acá se unieron personajes de todo ámbito, empresarios, jueces, médicos, universitarios y con el objetivo claro de proteger el cerro”, cuenta Pedro Campodónico, uno de los primeros integrantes de la brigada.
“Nacimos para protegerlo, esa fue la principal idea. Somos amantes de la naturaleza y mucha gente no le toma el peso a lo que es tener un cerro como este en la mitad de la ciudad”, Agrega Lisperguier, sobre todo si se considera que la ubicación de la compañía, a los pies del Ñielol, su nombre y lugar de fundación es para la protección del pulmón verde característico de la ciudad capital de la región de La Araucania.
A sus 23 años, Santiago Luchsinger trabaja como panadero artesanal y pastelero en Temuco, cuenta que se impresionó con la labor realizada por la brigada, y dice: “Yo no esperaba que el trabajo fuera de esta manera, la BRIF trabaja toda unida, nadie se va sin un compañero, tenemos fraternidad y perseverancia, somos una familia”.
Daniel Lisperguier, de 27 años, administra su propia empresa, pero asegura que gran parte de su vida la ha destinado a esta brigada, explicando: “El estar unido y la fraternidad es súper importante para nosotros. Hoy hay muchos bomberos trabajando los incendios estructurales de viviendas, por eso me gusto lo forestal, pasar horas en el cerro, trabajando áreas forestales que requieren un trabajo especial”.
Entre los planes de esta unidad está pensado crear una sub especialidad de rescate animal, para lo cual estarían contando con el apoyo de algunos estudiantes de medicina veterinaria, teniendo presente que, cuando hay incendios forestales muchas veces los animales del bosque también son perjudicados.